Teatro: Nekrassov. Teatro Abadía

La mentira, el poder de la palabra, es mucho más peligroso de lo que podemos llegar a imaginar. En este mundo, en el que son tan populares las fake news, es importante hablar de la trascendencia que puede llegar a tener la opinión en lo que ocurra en un determinado lugar, por lo fácil que se puede llegar a manipular a una sociedad que confía, a veces en exceso, de los medios de comunicación. Pero como veremos en esta descomunal propuesta, lo de la manipulación informativa no es algo original de esta época de la comunicación inmediata.



Tras el demoledor éxito de la temporada pasada, en la que hubo unanimidad al colocarla entre lo mejor de la temporada, regresa al Teatro Abadía esta producción sobre la única comedia escrita por Jean-Paul Sartre. Una comedia demoledora, con un ritmo frenético y un elenco maravilloso, que es en esencia una demoledora crítica al cuarto poder, a la influencia que tienen en la toma de decisiones de un gobierno, y su poca objetividad a la hora de posicionarse ideológicamente, tanto a nivel político como económico y social.


Este ingenioso y brutal texto navega entre el humor de los Monthy Python, los hermanos Marx o Blake Edwards, pero también nos golpea con fuerza haciendo referencia a temas de rabiosa actualidad como la corrupción política, el poder de la prensa, con las tan actuales fake news, que como podemos ver ya existían en tiempos anteriores a internet. El filósofo y escritor francés, exponente del existencialismo y del marxismo humanista, da un giro de estilo con esta pieza, en la que saca su vena más "golfa" poniendo patas arriba la política europea, pero siempre manteniéndose con un alto grado de compromiso social. El autor de obras como "A puerta cerrada", "Las Troyennes", "El diablo y Dios" o "La puta respetuosa", realizó su única obra de comedia para lanzar dardos envenenados al cuarto poder, ese que desde la sombra maneja con destreza los hilos de la política.


La adaptación de Brenda Escobedo (a partir de la traducción de Miguel Ángel Asturias) se mantiene fiel a la delirante comedia creada por Sartre, una bomba que nos estalla en las manos para que no podamos parar de reír, pero también de asombrarnos por el ingenio y la elegancia con la que se muestra todo en esta historia de enredos políticos. Comedia de altos vuelos, al nivel de lo más divertido que hayan podido ver, con toques de humor absurdo (casi surrealista) mezclados con la más exquisita de las comedias "inteligentes" que se hayan podido ver. Un delirio que nos hace disfrutar de una historia que podría estar ocurriendo en nuestros días.



Estamos ante un texto majestuoso, pero también ante un montaje preciso y elegante. La dirección de este proyecto corre a cargo de Dan Jemmet (con Andrea Delicado como ayudante), que realiza un excelso trabajo, tanto en la manera de medir los tiempos de la obra como en la dirección de los actores, consiguiendo de cada uno de ellos un trabajo primoroso en el que cada gesto, por pequeño que sea, está buscando la reacción del público, perplejo ante la precisión de cada escena. El director de obras como "El burlador de Sevilla", "El café", "Shake" o "Dog face" vuelve a sorprendernos con su genial extravagancia, por su elegancia al tratar la escena, y por la manera de saber llevar un texto frenético sin que llegue a desbocarse.



La historia nos traslada a mediados de los años cincuenta, en plena Guerra Fría, cuando el papel de los Estados, pero también de los poderes ocultos, estaba en tela de juicio por la opacidad con la que se hacían las cosas. En este relato, el periódico conservador Soir de París (se nos vienen a la mente a lo largo de la obra un par de nombres de prensa de nuestro país) necesita hacer algo ante su mala racha, urgen noticias impactantes que atraigan a los lectores a comprar su periódico. ¿Noticias reales? no necesariamente, sólo que resuenen, que la gente acuda al quiosco y conseguir volver a tener en la palestra los temas que a ellos les interesan. Si nos dicen que el texto se escribió en nuestro país hace una semana no nos extrañaría. Con las fake news y la posverdad como una sombra alargada, nos vamos introduciendo en este misterioso relato de espionaje



Pero si todo parece encajar a la perfección en este montaje, en una gran medida es por el descomunal trabajo que realiza todo el elenco, un equipo que desarrolla cada escena con una minuciosidad impecable, sin bajar nunca el tono. Con un ritmo medido dentro de su frenesí, cada uno de ellos sabe como actuar para mantener el tono en cada momento, con la dificultad que entraña el no desbocarse ni bajar de pulsaciones a lo largo de toda la función. Los siete intérpretes se desdoblan en varios personajes con una asombrosa facilidad, sin dejar rastro de cada uno, siendo precisos en los matices que deben dar a cada uno de los nuevos individuos que van apareciendo en la historia.



Ernesto Arias ("Desengaños amorosos", "La duda", "Hedda Gabler")encabeza el reparto, dando vida al escurridizo Georges de Valera y al propio Nekrassov. El trabajo que realiza es, sencillamente, prodigioso. El alarde que hace durante toda la obra de gestos y muecas es bestial, plasticidad cercana al clown que hace de su personaje en hipnotizador, al que no podemos dejar de mirar haga lo que haga. Arias consigue sacar de cada detalle el máximo para crear un personaje con miles de matices, de capas, seductor y embaucador, mentiroso y escurridizo, pero que consigue ponernos a todos de su parte con sus decisiones. Una interpretación soberbia que ha sido reconocida con diversos premios.

Compartiendo protagonismo y presencia escénica, tenemos a José Luis Alcobendas ("La tortuga de Darwin", "La hija del aire", "Incendios" o "El silencio de Elvis") en los papeles de Sibilof y Deminoff. Uno de los actores más polivalentes de nuestra escena, nos regala en esta ocasión una interpretación cargada de intensidad, con momento realmente sublimes, en un duelo actoral con Arias de un nivel impresionante. La capacidad de Alcobendas para cambiar de semblante en cada momento es prodigiosa, convirtiendo a sus personajes en imponentes "enemigos" escénicos para el protagonista.  


Junto a ellos hay que destacar a Carmen Bécares en los papeles de Veronique y de Mme. Bounoumi, que va adquiriendo protagonismo según avanza la obra, con un final apoteósico. El reparto lo completan Miguel Cubero como Goblet y Nerciat, Clemente García en los papeles de Robert, Tavernier y Chapuis, David Luque (Markos Martín los días 24 y 25 de Enero) en el papel de Jules Palotin y Palmira Ferrer (Inma Nieto desde el 21 de Enero) como Inma y Mouton. Un elenco que está a la altura en todo momento, dejando escenas de gran belleza, con interpretaciones corales de gran mérito.


Para completar esta genialidad, la parte técnica está perfectamente diseñada, con un gran protagonismo dentro de su sencillez. El espacio escénico diseñado por el propio Dan Jemmett y Vanessa Actif, es un espacio ambiguo, mutable, que como todo en esta obra cambia en cada escena, nada es lo que parece unos segundos antes. Presidido por un gran ventanal por el que se ve un paisaje, un gran espacio rectangular, casi a modo de ring de boxeo, se convierte en el elemento principal en el que se va desarrollando la historia, apoyado en cada escena por diferentes elementos de atrezzo. El otro elemento fundamental para crear los distintos ambientes de cada escena es la iluminación diseñada por Valentín Álvarez (con Sergio Balsera como ayudante) que nos da infinidad de matices en cada momento, capaz de diseccionar cada escena en diversos espacios con sus diferentes tonalidades. No podemos tampoco dejar de hablar del vestuario creado por Vanessa Actif, un prodigio de elegancia y saber hacer que nos sitúa a cada personaje en el lugar que le corresponde desde que aparecen en escena.


En definitiva, sólo queda confirmar que estamos ante una de las mejores comedias de los últimos tiempos. Inteligente, punzante, desternillante, esta propuesta nos divierte a la vez que nos hace pensar, nos entretiene a la vez que alecciona sobre el peligro de los poderes ocultos, sobre la credibilidad de la información periodística, pero siempre fiel a las creencias del autor, defendiendo la libertad y la democracia. Una joya que ha regresado para hacer las delicias de todos los que nos la perdimos en su momento
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Nekrassov
Teatro: Teatro Abadía
Dirección: Calle Fernández de los Ríos 42
Fechas: De Martes a Sábados a las 20:00, Domingos a las 19:00.
Entradas: Desde 14€ en TeatroAbadia. Del 8 al 26 de Enero.

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