Teatro: Don Quijote somos todos. Corral de Cervantes.

En ese lugar de la Mancha del que Cervantes no quiso acordarse, vive un peculiar grupo de personas que no quieren seguir estando ocultos en la Historia. El reflejo de la España vaciada, la realidad que azota a tantos lugares que se van desvaneciendo ante el poder de las ciudades. Pero este pueblo convertido en Quijote luchará contra su destino, para convertir ese lugar de la Mancha en todo un referente, y si no es así al menos sabrán que juntos son más fuertes, que remando todos en la misma dirección sacarán esto adelante, porque en el fondo Don Quijote somos todos.



Esta deliciosa comedia nos habla de la despoblación y el olvido al que se ven sometidos muchos pueblos de nuestro país, pero también del poder del esfuerzo colectivo a la hora de intentar luchar contra esos molinos de viento que son el progreso y la obsesión colectiva por la vida urbanita. Este pueblo manchego lucha contra su destino para no desaparecer, porque son el lugar más olvidado de la literatura y a la vez la cuna del personaje más emblemático. Ellos reclaman su estatus dentro de la Historia, algo que consagró al pueblo del Toboso y los hizo caer a ellos en desgracia. La era digital parece ciencia ficción en este lugar, las comunicaciones son del siglo pasado, sólo su pasado puede hacer que este lugar no caiga para siempre en el olvido.



Es el tercer montaje que en menos de un mes veo de la Compañía Teatro del Temple. Tengo que reconocer que cada uno de los montajes me ha sorprendido de distinta manera, pero en todos ellos se destila amor al teatro. Con un cuarto de siglo de trayectoria, y más de cuarenta montajes, la compañía se ha convertido en uno de los referentes de nuestra escena. Con un equipo muy reconocible y una manera de trabajar muy definida, consiguen que cada nuevo espectáculo se espere con mucha expectativa, por la exigencia adquirida y por capacidad para sorprendernos con su originalidad. Un recorrido que les ha convertido en "marca registrada", consiguiendo tener una forma de crear muy reconocible, sustentada en "la calidad escénica, el rigor cultural y la dramaturgia propia, sin olvidar el repertorio universal".


Esta versión del Quijote es una maravilla, una ingeniosa propuesta que usa la obra de Cervantes para hablarnos de temas de rabiosa actualidad, como la despoblación, la identidad sexual (preciosa la relación que van descubriendo las dos mujeres a lo largo de la obra), la política o el poder. Con trazos de Fuenteovejuna, El poder del colectivo se erige como arma fundamental para conseguir los objetivos más ambiciosos. Con pinceladas de la obra de Cervantes, el montaje transcurre con gran destreza por esos lugares ambiguos en los que se mezcla la realidad y la ficción. 



Esta original versión corre a cargo de José Luis Esteban, que nos presenta un texto con retazos del costumbrismo más irónico, con retazos de Berlanga, Rafael Azcona o José Luis Cuerda. Un texto ingenioso que se mueve en algunos de los escenarios de la propia obra de Cervantes y que en todo momento destila el tono, entre optimista y desolador, de la novela caballería. Esteban convierte a todo un colectivo en ese Quijote soñador que lucha contra todo con tal de conseguir sus sueños. Ese esfuerzo del pueblo manchego del hidalgo por dejar de estar en el olvido, por recuperar el esplendor de otra época, el intento por no desaparecer para siempre. El texto es fiel al contexto de la obra original, pero el hecho de llevar la acción a nuestros días la llena de frescura, actualidad y mucho dinamismo. 

El juego de plasmar en la actualidad los hechos más significativos del Quijote y hacerlos compatibles con la problemática de nuestros días hace que la obra crezca, tanto para el interés colectivo como por la originalidad de la propia propuesta. Tamizada en un halo de comedia satírica, conoceremos a unos personajes anclados en el devenir de un pueblo condenado al ostracismo desde los tiempos de Cervantes. Divertida y tierna, conmovedora y ácida, la historia nos traslada a esos parajes de la España vaciada, en la que la nobleza de sus habitantes les hace trabajar por el bien común con la misma facilidad con la que no dejan de reprocharse cosas




Para su director, Carlos Martín Bazán, "hablar del mito de Don Quijote es apelar al sentido colectivo, a la identidad como pueblo. Nuestra propuesta no es una adaptación de la novela de Cervantes, sino que surge de la frondosidad de ese clásico. A partir de la primera frase con la que arranca ("En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...") nos preguntamos ¿Por qué? ¿Qué sucede con ese pueblo? ¿Cómo están hoy sus habitantes, aislados y vacíos en la mitad del páramo manchego? Nuestra obra responde a esas preguntas sin trascendentalismos". Y con este punto de partida, Carlos Martín disecciona la vida de este pueblo, sus anhelos y su cruda realidad, para llevarlos por algunos de los episodios más reconocibles de la novela, en su particular lucha contra ese injusto anonimato con el que les castigó Cervantes. Una dirección ágil, con un ritmo muy bien marcado, en el que las escenas se van solapando con gran ingenio, a camino entre las referencias quijotescas y la esperpéntica realidad que viven los protagonistas de este viaje.



La historia, como ya hemos contado, nos lleva a ese lugar de la Mancha de cuyo nombre Cervantes no quiso decirnos nada más. En medio de la España vaciada, el pueblo intenta sobrevivir con malas comunicaciones, sin los mínimos servicios, más cerca de la desaparición cada día que pasa. Pero les queda su ilustre pasado, que pocos conocen y del que están muy orgullosos. El haber sido el pueblo de nacimiento del ilustre hidalgo debe ser el acicate por el que luchen, con su misma gallardía y su punto de locura, que les hará enfrentarse a esos poderosos molinos a los que se enfrentó el Quijote.

La esencia del Quijote plasmada en todo un pueblo, un sujeto colectivo capaz de unirse ante la adversidad para conseguir el bien común (algo tan necesario y que parece tan utópico en nuestros días). En esta lucha por subsistir, el pueblo se une para seguir los pasos de su personaje más ilustre. De este modo, los protagonistas de esta épica lucha contra los elementos, harán frente a los temidos molinos, se adentrarán en la cueva de Montesinos, todo para conseguir una nueva visión de su propio destino, una reflexión profunda que les lleva a ver como la unión hace la fuerza. Una visión optimista de este gran clásico, que nos deja interesantes debates sobre los que charlar a la salida.


La función la engrandece el fabuloso elenco formado por José Luis Esteban ("El Buscón", "La vida es sueño", "Abre la puerta"), Carlos Martín Bazán ("El criticón", "Los hermanos Machado", "Luces de Bohemia"), Félix Martín ("El criticón", "Don Juan Tenorio", "Ricardo III"), Alba Gallego ("Los hermanos Machado", "El tiempo y los Conway", "Hermanxs, Shakespeare"), Minerva Arbués ("El circo de la vida", "Sueño de una noche de verano", "La casa de Bernarda Alba") y Francisco Fraguas ("Cancún", "Dakota", "Nuevo Cabaret Shanghai"), a los que acompañan Gonzalo Alonso interpretando la música en directo, con piezas especialmente brillantes. Cada uno de los intérpretes pone su granito de arena en un trabajo coral impecable, en el que todos están a un alto nivel, en un continuo ir y venir, en continuos diálogos picados, cantando, gesticulando, todo un alarde que engrandece la obra en cada escena.


Una función que nos deja escenas para el recuerdo. El comienzo ya nos deja a las claras el tono y la originalidad de la propuesta, con una escena que recuerda mucho a "Amanece que no es poco", no diremos más para que os sorprenda tanto como a nosotros. Una vez asumido que estamos ante un montaje muy singular, las escenas van subiendo la apuesta, con unos personajes llenos de matices y disputas internas que no paran de apoyarse y criticarse en cuestión de segundos. Marcela convertida en Quijote, los vínculos que se van creando entre todos los personajes, las "alianzas" que se van creando, todo hace crear un universo muy particular en el que todos nos unimos a su noble causa. 



Y todo ello se complementa con la maravillosa escenografía de Tomás Ruata, sencilla, ingeniosa, cargada de elementos que cambian a lo largo de la historia. Una escena que va mutando ante nuestros ojos, con elementos móviles con distintas caras, con una plasticidad que por momentos nos recuerdan a las ilustraciones de la época cervantina. La culminación de esta belleza plástica alcanza su culminación con la precisa figura que forman entre los habitantes del pueblo para hacer el Quijote, brillante. La iluminación de Tatoño Perales ayuda a crear ese ambiente decrépito, de lugar abandonado, que tanto encaja en lo que se quiere transmitir. Por último hay que destacar el fabuloso vestuario de Ana San Agustín, que les regala a los personajes herramientas para meterse de lleno en esta historia que se desliza entre la actualidad y la novela de Cervantes.
 


En definitiva, estamos ante una nueva ocasión de disfrutar de esta propuesta de Teatro del Temple, una de las compañías más originales y con unos montajes más reconocibles, de nuestro país. Una preciosa obra que "utiliza" el clásico para hablarnos de nuestra realidad, de nuestra esencia como pueblo y como seres humanos. Y todo eso narrado con la seguridad del que domina el medio, del que se ve con los mimbres para hacer un gran trabajo. Una deliciosa propuesta para disfrutar en estos días de calor, que nos traslada a ese lugar del que nadie quiere acordarse y del que todos somos habitantes en mayor o menor medida. VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.

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Teatro: Corral de Cervantes
Dirección: Parque Madrid Río, Palacio de Cristal, frente al Paseo de la Chopera.
Fechas: Del 24 de Junio al 11 de Julio. De Lunes a Viernes a las 21:00. Sábados a las 19:00 y 21:00. Domingos a las 19:00.
Entradas: Desde 13€ en corralcervantes.


EQUIPO ARTÍSTICO

Autor: José Luis Esteban
Dirección: Carlos Martín Bazán
Producción: María López Insausti
Coordinación técnica: Alfonso Plou
Escenografía: Tomás Ruata
Iluminación: Tatoño Perales
Vestuario: Ana San Agustín
Fotografía: Marcos Cebrián
Equipo de producción: Pilar MayorAlba Moliner y Pilara Pinilla
REPARTO
José Luis Esteban
Carlos Martín Bazán
Félix Martín
Irene Alquézar / Alba Gallego
Minerva Arbués
Francisco Fraguas
Gonzalo Alonso




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