Según la RAE hay dieciséis definiciones del alma, del concepto alma, además de acepciones varias donde se emplea esta palabra en expresiones coloquiales intrínsecas en nuestra lengua desde años ha. Desde anoche en el Alcázar, añadiría una nueva expresión, acepción o definición: Alma de brujo. Bruja alma.
“Hay hombres que contemplan el alma con asombro, otros la describen como algo maravilloso”… otros la sienten, la mecen, la miman. La embrujan.
Rafael Álvarez, en un ejercicio magistral, en un aula magna atelonada, nos enseña el Valle Inclán interior, el hombre, el artista, la máscara. En un océano de palabas, divinas todas, el Brujo nos dibuja el alma de este personaje tan nuestro, tan suyo, tan atípico.
Y tal como exponía D. Ramón María, “Muchas veces me pregunto cuál entre todos los pecados es el mío, e interrogo a las máscaras del vicio: Soberbia, Lujuria, Vanidad, Envidia, han dejado una huella en mi rostro carnal y en mi rostro espiritual, pero yo sé que todas han de borrarse en su día y que sólo una quedará inmóvil sobre mis facciones cuando llegue la muerte”
Duelista, carlista, revolucionario, anarquista, modernista, ateneísta, funambulista del lenguaje, generacionista, esperpéntico en su dolor, rural, cosmopolita. Así era D. Ramón. Y así nos lo muestra El Brujo. Ese Valle Inclán intrínseco, místico, interior. Dramático. Y nos embruja, nos cautiva desde el minuto uno. Desde incluso antes de empezar, con aires de acordeón, violín y bombillas de colores en una verbena rural de cualquier aldea gallega, con esa neblina y esa Santa Compaña que nos vigila.
El hombre que tuvo dos entierros, o no, “Viento frío y aire de sepultura” supo captar como nadie esa realidad española, porque ésta se había convertido en "una deformación grotesca de la civilización europea". El esperpento fue pues, para Valle-Inclán, una moderna concepción de la tragedia. ”No me meto en la vida de mis personajes”. Ojos tristes de D. Ramón en las tablas, en los dibujos de Goya, de Dalí, del Bosco, de esa España sin rumbo.
D. Ramón María. D. Rafael, con mayúscula. DON RAFAEL, que nos invita al salón de su casa, a la terraza de la sierra donde se fue tejiendo esta pieza durante el confinamiento duro del pasado año, tan lejano y tan presente. “El escenario es el que crea el teatro”, y la presencia de actores como él también. D Rafael es teatro. En esencia, en toda su dimensión. El escenario es suyo, el público también. Somos suyos.
El misterio de D. Ramón atrajo al Brujo, le conmovió su alma, sus leyendas y cuentos. El misterio del Brujo nos conmovió anoche. Nos hizo sentir en sus gestos, en sus pausas, en sus cambios, en sus movimientos, en la desnudez libertaria de Mari Gaila, en el aire de Lucero, en lo que se dice y lo que no. En lo que se transmite.
“No quiero meterme en política, pero…” El humor como bandera, como hilo, como color, un humor azul del norte con ese humor rojo del sur, tan distinto. Un humor inteligente que nos lleva de la comedia a la tragedia, a unas acotaciones maravillosas, poéticas, mágicas.
“El teatro es el reflejo de la vida, con sus luces, con sus sombras”. Un escenario circense con su propia voz. La voz del Brujo, esa voz que hiere, que duele, que ama, que cura, que apasiona, que nos lleva a escenarios tan dispares, tan suyos, tan de verdad. Esa voz en un baile de palabras con orquesta rural de fondo. Con pasión.
Con una escenografía sencilla, camaleónica, músicas que envuelven las palabras a golpe de tambor, de rasgadas cuerdas de Javier Alejano, de ráfagas de luz jesuitas de Deusto, de noches azules, de muerte y vida…
D. Rafael nos muestra una obra viva, en revisión, de la que salimos esperanzados. Matices que nos tiñen los pensamientos de colores, de sensaciones. Así era D. Ramón. Así es D. Rafael. Así es el teatro. Vengan al Alcázar a sentir, a escuchar, a participar, a palabrear, a dejarse embrujar. Vengan y abran todos los sentidos. El esperpento se queda fuera, a pocos metros de allí, donde los leones. Disfruten de una noche mágica, de una noche con alma. Vengan al teatro. Vivan la cultura. Seguro y segura.
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Teatro: Teatro Cofidís Alcázar
Dirección: Calle Alcalá 20.
Fechas: Del 7 al 21 de Septiembre. Martes a las 20:30.
Entradas: Desde 16€ en GruposMedia.
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