En estos tiempos en los que se vuelven a bombardear teatros y hoy mismo una escuela de esta noble arte, congratula refugiarse en este clásico revisado por Juan Echanove, para ver lo poco que hemos aprendido de los errores del pasado. Una comedia que no podría haber sido estrenada en momento más oportuno, para que reflexionemos sobre la barbarie (ya sea la del nazismo a las actuales) y abrirnos los ojos sobre la necesidad de resistir, de refugiarse en el humor, de intentar sobrevivir ante una realidad que no deja de golpearnos.
Se denomina Toque Lubitsch a la «habilidad que tenía el cineasta alemán de sugerir más de lo que mostraba». El Toque Lubitsch era un concepto que muchas personas conocían, pero que nadie lograba explicar. Tan solo Ernst Lubitsch sabía en qué consistía exactamente; la composición de argumento elegante y sofisticado que acababa dirigiéndose hacia la ironía. Se caracteriza por su capacidad de sugerir aquello que no podía mostrar de forma explícita, obligando así al espectador a imaginar lo que el propio Lubitsch está queriendo mostrar.
El objetivo era evitar que sus películas fueran censuradas, por lo que subyacía un erotismo muy sutil, que le proporcionaban a las películas una apariencia ligera, pero en el fondo tenían un gran compromiso tanto moral como social. Un claro ejemplo donde se aprecia el Toque Lubitsch es en Ser o no ser, película en la que Lubitsch contó las peripecias de una compañía de teatro en la Varsovia ocupada por los nazis.
La vieja Europa. Estamos es 1939 en Varsovia (acuérdense de lo que está pasando en nuestra piel de toro). Una compañía de teatro ensaya la obra Gestapo mientras representa Hamlet. Las autoridades prohíben el estreno de Gestapo para evitar a Hitler, pero mientras tanto Hitler invade Polonia sin previo aviso. Bombardeos, caos, ruina, Resistencia, un teatro semiderruido. Y de entre esos rescoldos, el teatro y sus gentes resurgen para interpretar una doble trama que intentará salvar la Resistencia polaca y la huida a la tierra de Shakespeare.
Un aviador ronda que te ronda. Los Tura. Las SS. V de victoria. Se abre el telón y….
Con este cóctel tan actual ¿No les recuerda a algo? Nos reciben los palcos de la Latina, los palcos del gran teatro de los Tura en la romántica Varsovia, para hacernos reír en estos momentos tan inciertos…. "La risa es algo agradable para el espectador". Reír, siempre reír, en cada momento. El humor como defensa y mejor ataque. Y como lo agradecemos, en especial una joven espectadora delante de nosotros que se desternilló en todo momento ante las recriminaciones de su acompañante. Bendita libertad.
Volvamos brevemente al séptimo arte, a la gran pantalla, al gran Lubistsch, que en 1942, en plena guerra, dirigió este maravilloso “Ser o no ser” en la que se basa este montaje, donde el gran Ernst, al que llamaron Sir en su época, abordó esta situación desde el humor. Al igual que Chaplin con El gran dictador de 1940, utilizó la comedia como una magistral e ingeniosa herramienta contra el apogeo nazi, caricaturizando al opresor con estilo, con elegancia. Un gran atrevimiento en esa época que en España la pudimos disfrutar en 1971, casi treinta años después de ser filmada. Treinta años.
Este alemán de origen judío se desvinculó de la tradición familiar como sastre y se enamoró de la interpretación. Se hizo actor. Después escribió y dirigió, continuando su carreta en Estados Unidos, donde coincidió con otros autores que huían de Europa ante el antisemitismo nazi, como Billy Wilder u Otto Preminger, casi nada al aparato. De su manera de narrar se ha dicho que su sarcasmo, su ironía, su amargura o su risa, hacen de esa sutilidad un arte donde degrada al héroe o descalifica al poder con ese toque que nos despierta una sonrisa en los labios, en un ejercicio de descensura y de enriquecimiento de la trama.
La película es un homenaje al teatro, a sus trabajadores, sobre todo a los secundarios, a los maravillosos secundarios, y a su vital labor de entretener, de hacernos reír, de hacernos llorar también. De estremecer. “Acaso, cuando nos pincháis, ¿no sangramos?”. De una manera mordaz alude también a la lucha de egos del matrimonio Tura, que se pelean por el tamaño de sus apellidos en el cartel o cual de sus nombres irá primero, como niños de 7 años por estar primeros en la fila (y sé de lo que hablo).
Volvamos entre bambalinas. Volvamos a La Latina. Fuera hace viento y frío. Aquí estamos protegidos. Volvamos a este arte tan noble, a la comedia, que en este caso nos sirve para entender la realidad de otra manera, para defendernos de ella también y como no, para reírnos de ella, en su cara. Y todo parte de ese monólogo existencial de Hamlet ( Lubitsch adoraba a Shakespeare) y su ser o no ser como punto de partida de todo. Y el metateatro, que juego da. Como nos gusta distinguir la realidad de la ficción, confundirnos con ella, no saber si lo que vemos en escena es un ensayo o la propia escena. Como nos hace pensar. Como disfrutamos esa confusión entre la representación y la autenticidad. Como nos gustan esos giros.
Y que acertadamente nos lo transmitieron anoche en la Latina. Como utilizaron recursos para suplir, para crecer, como ese espejo de Blancanieves del camerino de la gran María Tura, la ruptura con la cuarta pared en el maniatado monólogo de Hamlet del gran gran Juan Echanove, el inteligente uso de la escalera, las filmaciones, las esvásticas, los himnos, el cabaret… Este montaje tan cuidado y tan tierno nos inunda. La distopía de convertir el humor en comedia y humor en fascismo. Ya la sátira nos ha ganado. Hitler, el que comía países, y el nazismo no. “Hitler no dice, Hitler grita”. Es la guerra.
Este gran elenco, encabezado por Juan Echanove y Lucía Quintana, maravillosa, nos hace estar en casa. “Ya no tenemos casa, pero aquí en el teatro tenemos todas las casas”. Ángel Burgos, Gabriel Garbisu, David Pinilla, Eugenio Villota y el joven Nicolás Illoro completan este montaje divertido, ágil y frenético. Entre momentos hilarantes y complicidad en el escenario, la trama va surgiendo, los affaires del amor vodevilianos, las imágenes del ayer nos acompañan y nos hacen entender. Y no olvidar. Y no cometer lo mismo, aunque algunos no piensan igual.
Un elenco equilibrado, donde todos aportan, principales y secundarios. Donde todos se camuflan en varios personajes , donde todo se armoniza entre bastidores, entre monólogo y monólogo , entre reflexiones y carcajadas, entre teatro y teatros. Con el nazismo en clave de sol sostenido , sin sostén posterior.
Mención especial al equipo técnico de la obra, que nos traslada a esa Polonia ocupada en el centro de Madrid, al vestuario cuidado de Ana Garay, la iluminación brillante de Carlos Torrijos, la videoescena, tan importante para entender, de Bruno Praena, el sonido de Natalia Montero, la escenografía de Isi Ponce, o la música de José Recacha, que nos hizo sentir esa Varsovia bombardeada muy cerca.
No lo olviden, el mañana nos pertenece, el presente también. Disfrutemos siempre en estos momentos tan atípicos, unas simples escaleras nos sirven. Vengan a La Latina, vívanlo.
Vivan el teatro, vivan la cultura. Seguro y segura.
Miércoles a viernes a las 20:00h Sábados a las 18:00h y 21:00h Domingos y festivos a las 19:00h
Precios
Platea: de 24,00€ a 28,00€ Club: de 20,00€ a 24,00€ Anfiteatro: de 17,00€ a 20,00€ Precios reducidos los miércoles.
Reparto
Juan Echanove Lucía Quintana Ángel Burgos Gabriel Garbisu David Pinilla Eugenio Villota Nicolás Illoro
Ficha artística
Director: JUAN ECHANOVE Adaptación: BERNARDO SÁNCHEZ Ayudante de dirección: GABRIEL GARBISU
EQUIPO TÉCNICO Diseño de escena y vestuario: ANA GARAY Diseño de iluminación: CARLOS TORRIJOS Diseño de videoescena: BRUNO PRAENA Técnico de sonido y video: NATALIA MORENO Producción y regiduría: CARMEN MACUA Jefe Técnico: JOSÉ GALLEGO Maquinista: IGNACIO GIMÉNEZ Ayudante de escenografía: ISI PONCE Vestuario: PERIS COSTUMES Ayudante de vestuario: ANA BELÉN CORTÉS y MARCO HERNÁNDEZ Coordinador de Taller y Decorados: ÓSCAR CAMIN (MAMBO DECORADOS) Maquillaje y peluquería: CHEMA NOCI Música: JOSE RECACHA
PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN Producción ejecutiva: JOSE VELASCO, NATALIO GRUESO y ROBERTO ÁLVAREZ Producción: TRIANA CORTÉS Distribución/Prensa: MARÍA ÁLVAREZ
COMUNICACIÓN Y PRENSA Directora de comunicación: CRISTINA FERNÁNDEZ Jefe de prensa: ÁNGEL GALÁN (LA CULTURA A ESCENA) Comunicación online: MARÍA ELOSÚA Diseño gráfico: MELANIA IBEAS Fotografía: SERGIO PARRA
Una producción de José Velasco basada en la comedia de Ernst Lubitsch para 20TH CENTURY FOX