Dentro del ciclo del Festival de Mérida en Madrid el teatro Reina Victoria nos ofrece la posibilidad de ver Hipatia de Alejandría, una obra que cuenta la historia de una mujer rompedora y muy avanzada para la época que le tocó vivir.
Hipatia de Alejandría es un personaje sobre el que se ha escrito mucho, en distintas épocas y por muy distintos autores, pero no por ello deja de ser un personaje del que se conoce poco para los logros y méritos realizados a lo largo de su vida.
La historia se desarrolla en torno al año 391 d.c., durante el Bajo Imperio Romano, cuna de las culturas egipcia, griega y romana.
Entre los siglos IV y V después de Cristo, Alejandría es el más importante foco cultural del Imperio Romano de Oriente. La ciudad constituirá un ejemplo de tolerancia y convivencia entre distintas culturas y religiones desde las antiguas creencias grecolatinas hasta las religiones monoteístas como judíos y cristianos.
Bajo el influjo y la educación de su padre (el matemático Teón), la vida de Hipatia transcurre entre la pasión por la ciencia y el conocimiento de las matemáticas y la astronomía y el amor por la filosofía; tratando de llegar a un equilibrio entre el pensamiento que tenía y conforme al cual vivía y las creencias cristianas imperantes en esa época.
Como señalaba su vida transcurre en el centro del saber y el conocimiento, Alejandría. Una ciudad ejemplo de tolerancia y convivencia que sin embargo en esa época vivía tiempos convulsos y poco a poco la violencia iba en aumento fundamentalmente por las distintas creencias religiosas que allí se daban.
Cristianos, griegos, egipcios, judíos…convivían en paz y armonía respetando cada uno las creencias de los demás. Esta convivencia saltará por los aires con la aparición de cristianos fanáticos y cristianos ortodoxos bajo el influjo del obispo Cirilo de Alejandría que buscaba la hegemonía que otras facciones cristianas intentaban conseguir para si mismas.
En ese ambiente de opresión y persecución vivió Hipatia. La que con el tiempo seria la primera mujer filósofa de la historia y la primera científica en el concepto que en aquellos tiempos se tenía de la ciencia.
Era tanta la pasión que tenía por el saber y por el conocimiento y por su transmisión que creó un centro donde personas de toda creencia religiosa, de distinta clase social e incluso que desempeñaban cargos de gran responsabilidad en el gobierno de la ciudad acudían a sus clases, donde no sólo se enseñaba conocimiento sino también valores indispensables para la convivencia como la tolerancia y el respeto.
Fue testigo directo sin acabar de entenderlo de como lo que preconizaba en sus clases y en su día a día que no era otra cosa que la convivencia era dinamitado por los grupos más ultras y extremistas de la ciudad.
Del desprecio y la intolerancia, se pasó al insulto, a la coacción y de ahí a la violencia. Las agresiones y los asesinatos estaban a la orden del día.
Lo curioso es que los mismos que acabaron con Hipatia, la intolerancia, el fanatismo, la ignorancia y la incultura y que creíamos desterrados vuelven a estar muy presentes en nuestras vidas y en nuestra sociedad.
La dramaturgia es obra de Miguel Murillo que se inspiró en el libro sobre Hipatia de la escritora polaca María C. Dzielska. El texto de Miguel consigue darnos una idea bastante completa de la vida y el pensamiento de Hipatia y nos lanza un mensaje rotundo, la ignorancia, el fanatismo y la intolerancia pueden llevarse por delante todo lo que se ponga a su paso.
A nada que unos pocos empiecen a seguir a los intolerantes, a los fanáticos la bola de nieve no dejará de hacerse cada vez más y más grande.
Una historia que pese a tener varios siglos de historia no deja de repetirse cíclicamente en nuestra sociedad, actualmente sin ir más lejos el auge de los movimientos fascistas en gran parte de Europa no deja de recordárnoslo.
Consigue darle al texto una enorme solidez tanto desde el punto de vista histórico como desde el punto de vista de la vida de la protagonista.
La dirección corre a cargo de Pedro A. Penco Teniendo en cuenta el condicionante de no poder contar con un espacio como el Teatro de Mérida, consigue trasladarnos a la Alejandría de la época con una escenografía minimalista que hace del texto el centro sobre el que gira toda la representación.
Maravillosa la coreografía que nos traslada de una escena a otra con una delicia de teatro-danza, muy bien complementada por el impecable vestuario de los protagonistas.
Destacar tanto la iluminación y la música, así como el sobresaliente vestuario que colaboran a hacer una representación muy compacta.
En cuanto al elenco está formado por Silvana Navas, Rafael Ortíz, Antonio M.M, Alberto Puerto, Paca Velardíez, Chema Pizarro, Juan Carlos Tirado, Francis Lucas y Gema Gónzalez.
VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.
-------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario