Teatro: El hospital de los locos. Corral Cervantes.

La lucha entre la cordura y la locura, entre la verdad y la mentira. Las dos caras de una misma moneda que luchan por obtener la hegemonía del mundo. La lucha entre el bien y el mal siempre ha sido un tema recurrente en la mitología y en los relatos tanto religiosos como fantásticos. En esta ocasión presenciaremos la encarnizada lucha que se librará en este articular hospital, en el que descubriremos a personajes de lo más variopinto, todos ellos muy reconocibles. Ingeniosa, impactante, entretenida, mordaz, una de las obras más redondas que hemos visto en los últimos meses.



Volvemos al Corral de Cervantes, del que nos hemos hecho asiduos desde que acudimos la primera vez hará cosa de dos semanas. En esta ocasión vamos para disfrutar una obra redonda, impecable, visualmente embriagadora y con un reparto en estado de gracia que hace un fantástico despliegue, tanto físico como vocal. Desde que descubrimos que estaba en cartel, allá por el mes de Enero, teníamos mucha curiosidad por descubrir qué se escondía en "El hospital de los locos". Y tenemos que reconocer que hemos salido impresionados por la obra, una pieza que lo tiene todo para sorprender a propios y extraños. 



La Fundación Siglo de Oro (dentro de su compromiso con los clásicos españoles para su estudio y divulgación) vuelve a sorprendernos con un montaje adaptado a la perfección al Corral en el que se representa, sacando el máximo partido a cada recoveco del espacio escénico. En esta ocasión veremos el auto sacramental (primera incursión de La Fundación en este género) de José Valdivieso (dramaturgo muy considerado por contemporáneos de su época como Calderón y amigo de Lope de Vega y Cervantes), publicado en 1622. Para ellos "dentro del cuidado de nuestra herencia cultural, resultaba ineludible sacar a relucir esta sencilla pieza dramática, musical y religiosa".

Es cierto que este género no suele representarse en la actualidad, pero esta pieza contiene todos los elementos que la convierten en una obra que sobrepasa su temática y se morfología para convertirse en una historia marcada por la lucha entre el bien y el mal, un tema que lleva interesando a la humanidad a lo largo de toda la historia y que sigue tan vigente, o más, que en el tiempo en el que se escribió. El texto del escritor toledano "representa al género dramático de forma ejemplar, sosteniendo las bondades de la tradición cristiana y de la cultura europea mediante el Dogma".



La adaptación de este fascinante relato es obra de Brenda Escobedo, que consigue un texto dinámico, entretenido, mordaz, pero lleno de mensajes que nos dejan muchas cosas sobre las que pensar. La historia transita con soltura entre la tragedia y la comedia, todo ello con un exquisito tratamiento del verso y una cuidada mezcla de ritmos que nos mantienen alerta en todo momento. Esta versión lo tiene todo, desde una impecable armonía musical hasta un verso sencillo y asequible, pero sobre todo tiene un trasfondo filosófico disfrazado de thriller. Una historia de luchas eternas en la que todos buscan la redención, pero que no todos la conciben del mismo modo. "El hospital de los locos" más que una obra religiosa, es una obra de profundo carácter humanista.



El encargado de crear este universo de fantasía ha sido Ernesto Arias, encargado de la dirección (con Pablo Rodríguez como director adjunto) que ha vuelto a demostrar que domina como pocos los entresijos de los clásicos, ya sea como actor (esta temporada le hemos podido ver en "La vida es sueño") o como director. Arias demuestra su dominio absoluto de las tablas con la creación de este fantástico montaje lleno de ritmo, de complejidad resuelta con sencillez, de una belleza formal apabullante y con un elenco que domina el verso, la voz y el cuerpo con maestría. Un impecable trabajo en el que todo encaja a la perfección y todo destaca por su belleza y su ejemplar ejecución.  



Pero vayamos a la historia que nos cuenta este auto sacramental. En este Hospital de los locos nos encontraremos con su variopinto grupo de residentes, entre los que se encuentran Luzbel, el Mundo, Adán, la Carne, la Gula y la Envidia. Un selecto grupo de personajes que nos inquietan y nos fascinan a partes iguales. Este peculiar lugar, a mitad de camino del museo de los hombres extraordinarios o de una galería de los horrores, está lleno de magia, sus personajes nos atrapan, sus movimientos nos perturban, su mirada nos hipnotiza, su sola presencia nos suscita todo tipo de emociones. Pero para el responsable del hospital no están todos los que deberían, por lo que sale en busca de la guinda del pastel, su paciente más deseado y al que lleva persiguiendo mucho tiempo: el Alma. La última pieza para completar su obra, para hacer de este lugar la combinación perfecta de todo lo que engloba su idea del mundo.






El día de la búsqueda ha llegado y el rector del Hospital sale armado en busca de Alma, preparado para engañarla con cualquier estratagema con tal de encerrarla para siempre. Y no cesará hasta conseguirlo, utilizando todas las estrategias en su mano para atraerla hasta él y llevarla engañada a ese fantasmagórico lugar. Así conoceremos la parte más vulnerable de Alma (esa que todos intentamos no mostrar para que no nos hagan daño) y veremos como se deja embaucar hasta caer en la Locura y terminar encerrada en el Hospital. Cuando Alma parece haber caído en sus redes y que se quedará allí atrapada, tendrá la inestimable ayuda de la Razón y la Inspiración, que le ayudarán a salir de allí y en consecuencia salvarse de un terrible destino.

Toda esta fábula está rodeada de una magia especial. Desde la maravillosa escena inicial, en una penumbra misteriosa, en el que el elenco nos deleita con una prodigiosa canción al son de las campanas (que no son más que el preludio de todo lo que va a ocurrir), la obra se desarrolla con ritmo de thriller con una estética underground que firmaría el mismísimo Tim Burton. La magia se apodera del Corral, la acción se traslada a todos los espacios de la sala, el misterio lo inunda todo, la majestuosidad de los personajes nos abruma, la trama nos inquieta y nos atrapa a partes iguales, hemos sido atraídos a este particular universo y ya será difícil que salgamos de él, incluso una vez acabada la representación.



Y toda esta magia la lleva a escena un sobresaliente elenco, que nos regala unas interpretaciones fascinantes, con un derroche físico descomunal y un despliegue interpretativo y vocal impresionantes. Ellos son Manuela Morales (interpretando a la Culpa y a la Carne), Macarena Molina (en los papeles de Alma y la Razón), Sheyla Niño (en la piel de la Envidia y la Inspiración), Martín Puñal (como el Mundo y el Deleite), José Juan Sevilla (dando vida a Luzbel y Cristo), Gabriel de Mulder (interpretando a Engaño y al Género humano) y Ángel Ramón Jiménez (que da vida a la Locura, San Pedro y la Gula).


En este elenco todos trabajan con una precisión asombrosa, regalándonos momentos sublimes. Cada uno de los intérpretes se desdobla en sus distintos personajes con una facilidad pasmosa, consiguiendo unas creaciones plagadas de matices. En este sentido quiero resaltar la plasticidad de José Juan Sevilla en su papel de Luzbel, el dominio de los diferentes registros de Manuela Morales, la apabullante fuerza que transmite en escena Ángel Ramón Jiménez, o la versatilidad y trabajo de expresión corporal de Sheyla Niño. Son solo unas pinceladas de un elenco que está fantástico como grupo y a nivel individual.




Y si maravillosas son las interpretaciones, la parte técnica no se queda atrás. Con la dificultad añadida de tener una escenografía fija, Álvaro Sobrino hace de esto un punto a su favor, dando aún más ritmo a la historia con las continuas entradas y salidas en los distintos niveles del Corral, a lo que añade unos podios en cada una de las puertas, sobre los que basculan los personajes. En este montaje resulta fundamental el diseño de iluminación de Raquel Rodríguez, que juega de manera prodigiosa con las luces, las sombras y sobre todo con las penumbras, creando un universo misterioso que potencia todo el montaje. Otro de los elementos clave de la obra es la composición musical, a cargo de Jorge Eliseo, que se convierte en una de las piezas clave de la obra, con la ya mencionada escena inicial como momento culmen. Y por último, no podemos dejar de nombrar el delicioso diseño de vestuario de Nuria Martínez, en un despliegue de texturas y tonalidades que enfatizan la personalidad de los personajes y hacen crecer la propuesta del montaje.


En definitiva, hemos salido alucinados de este montaje. Teníamos expectativas, es cierto, pero han sido superadas con creces. Uno de los montajes más redondos que hemos visto últimamente, con un elenco que se sabe "en casa" y despliega todo su saber hacer, consiguiendo una obra majestuosa, en la que cada escena da un giro más, sube la apuesta, hasta alcanzar una pieza impecable. Todo en esta pieza está cuidado a la perfección, cada escena parece sacada de un cuadro de la época, con coreografías plásticamente brillantes, y con una precisión en el verso que nos hace entrar mucho más en la obra. No lo duden, acudan al Corral y sumérjanse en este universo de seres mitológicos, de fantasías y luchas eternas, para disfrutar del pulso eterno entre el bien y el mal

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Teatro: Corral Cervantes
Dirección: Palacio de Cristal, Parque Madrid Río. Paseo de la Chopera s/n.
Fechas: Del 13 de Diciembre al 30 de Junio. Varios días: Abril (días 1, 7, 21, 22, 28 y 29 a las 18:00, días 2 y 23 a las 12:00), Mayo (días 5, 6, 12, 13, 19, 20, 26 y 27 a las 18:00, días 7, 14, 21 y 28 a las 12:00 ) y Junio (días 2, 3, 9, 10, 16, 17, 23, 24, 30 a las 18:00, días 4, 11, 18 y 25 a las 12:00). Duración: 90 min.
Entradas: Desde 16€ en Corral Cervantes.



REPARTO

Manuela Morales
Culpa / Carne

Macarena Molina
Alma / Razón

Sheyla Niño
Envidia / Inspiración

Martín Puñal
Mundo / Deleite

José Juan Sevilla
Luzbel / Cristo

Gabriel de Mulder
Engaño / Género humano

Ángel Ramón Jiménez
Locura / San Pedro / Gula



EQUIPO ARTÍSTICO

Dirección de escena
Ernesto Arias

Dirección adjunta
Pablo Rodríguez

Texto
José de Valdivieso

Adaptación y versión
Brenda Escobedo

Composición musical
Jorge Eliseo

Diseño de iluminación
Raquel Rodríguez

Diseño de vestuario
Nuria Martínez

Escenografía
Álvaro Sobrino

Dirección de producción
Rosel Murillo Lechuga

Coordinador artístico
Julio Hidalgo

Diseño gráfico
Laura Racero

Prensa
Silvia Espallargas
























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