Seguro que muchos de vosotros pensáis al leer “de qué va la obra”, ¡otra vez la guerra civil española! Pero no lo pienses más, esta obra es muchísimo más que eso. Además, tuvimos la suerte de asistir a un pase en donde, al acabar la función, hubo una charla con todo el equipo y con José Sanchís Sinisterra. Así que en esta reseña se mezclarán también las palabras del autor y del maestro Sinisterra.
A Juanma Díez Diego le cuentan una historia familiar y siente la necesidad de plasmarlo en un monólogo teatral. En el proceso de creación tiene la maravillosa idea de crear esta pieza teatral llena de meta-teatro, viajes en el tiempo y humor. Porque, efectivamente, aunque se hable de la guerra civil puedes reírte. Así que invoca y evoca a sus familiares, y por supuesto, él como autor, personaje y actor (3 en 1) a esa la noche del 15 de agosto de 1936, donde se produce el fusilamiento de señor B. ¿Cómo ocurrió? ¿Qué pasó? ¿Qué les ha pasado a sus descendientes y cómo han llevado esta pérdida? Descubriremos esto y mucho más en esta deliciosa obra.
Díez Diego debuta como dramaturgo con esta obra que se estrenó en la pasada edición del Festival Surge, allá por el mes de Octubre, en la sala Umbral de Primavera. En Enero pasó al Teatro del Barrio, donde ha estado en diferentes periodos. Como actor, Juanma tiene una larga trayectoria como miembro de la compañía de improvisación Jamming, y también le hemos podido ver en obras como "Famélica" o "Algún día todo esto será tuyo". En este primer trabajo como autor, nos regala una deliciosa obra plagada de matices, que juega con el tiempo para llevarnos por distintos escenarios y nos muestra la historia desde distintos puntos de vista.
El
autor utiliza el meta-teatro para hacernos más liviana la carga emocional del
hecho. Con este recurso repta por la memoria, la analiza y podemos vivirla y
sentirla, pero sin permitir que el espectador se salga de la trama. Para ello,
el maravilloso y ejemplar trabajo de Mabel del Pozo. Varias
veces nos condujo hacia la emoción más pura, y al instante, nos generó una
sonrisa. Con ella viajamos al año 36, al momento en donde cuenta la historia
familiar a Juanma, y al presente. Cuando y como quiere, porque como dice su
personaje, para eso es ella quien tiene el papel principal.
El siguiente personaje principal es el abuelo de Juanma. Y sí, es que todos los actores piensan que su personaje es el principal como buenos actores con sus elevados egos. Lo interpreta Borja Cortés, como dice él mismo en el texto, “dando a cada personaje que interpreta un toque sutil” ya que interpreta a muchos más. Nos regala, para mí, otros de los momentos más emocionantes. El momento en que Juanma y su abuelo hablan con lenguajes comunes, en donde todos nos vemos reflejados con ese “chato de vino en la taberna de…” y una clara declaración de intenciones “el pasado, pasado está” o “de eso es mejor no hablar”.
Por último, y claro, el más importante (cómo
no), el señor B. interpretado por Lolo Diego. Uno
de tantos fusilados, sin nombre, sin lápida, en una fosa común fuera del
cementerio del pueblo. Pero con un gran recuerdo de sus familiares que
necesitan cerrar heridas. Y como dijo Sinisterra en el coloquio
posterior “La memoria histórica no reabre heridas, estas heridas nunca se han
cerrado. El presente siempre está crispado. La memoria limpia aristas”. El
teatro de la memoria es fundamental para asimilar, asentar y entender el
pasado, para perdonar y crear un futuro en donde no repitamos los errores. Otro
de los momentos más importantes, emocionantes, liberadores y catártico para los
espectadores (como generosamente nos comentó una mujer en el coloquio) es
cuando pide el militar “perdón” al señor B. Nunca una pausa fue tan dramática.
También me gustaría destacar al director Jorge Sánchez, cuya labor parece
más que ardua. Tiene la gran tarea de ordenar el desorden, y que no parezca que
está ordenado (si la veis lo entenderéis, tenéis que ir a verla!). En el
coloquio nos explicaron la forma de trabajar en este proyecto y la libertad que
da a los actores. Un maravilloso resultado que pudimos conocer más en profundidad en las palabras posteriores del equipo.
Por todo ello, por un gran texto que cuenta una historia de forma deslavazada en donde el protagonista no puede contar su historia como él quiere, por contarla con un humor que emerge en el momento más dramático, por intentar curar heridas, por exponer la carencia que hay de historias diferentes sobre la guerra civil (sí, ¡hay carencias!), por llevarnos a la vida de nuestros familiares (en mi caso mis abuelos, así que no hace tanto tiempo, no lo olvidemos) y hacer una reflexión sobre nuestro presente, sin hacerlo de forma partidista… hay que verla, no te deja indiferente! Y por poder discutir luego de todo lo que he escrito aquí, porque lo importante es poder hablar de todo y con todos.
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