La discreta enamorada en Teatro Adolfo Marsillach

Parece que hace hambre. La noche se nos echa encima en Almagro, en el festival, en su cuarenta y seis edición. Y qué mejor mesa y mantel que el Adolfo Marsillach, en unas abarrotadas gradas ávidas de saciarse. Lope nos invita, Lope nos brinda esa esperanza con ese HOPE amoroso que nos recibe. Y parece que hay jaleo en la cocina, como si hubiéramos llegado pronto, como si no nos esperaran. En el escenario están ya creando, están ya elaborando ese delicioso menú que nos brindarán en breve. De un lado para otro, de acá para allá, en una mesa sin fin donde las viandas nos unirán Muy castellano todo. Esta noche no habrá duelos y quebrantos, eso lo dejamos para otras obras y autores, geniales también. Esta noche Lope y su magia. Esta noche la discreta enamorada. Apúrense, que parece que esto empieza.

El pueblo quiere comer. Queremos cenar. Y Lope nos ofrece este menú cargado de Comedia Nueva donde supo abordar todo lo que se cocía en su época, en esa sociedad no tan dorada ni tan brillante. En esa sociedad donde la hipocresía, la apariencia y el qué dirán ya marcaban los derroteros sociales de este nuestro país, y ya han llovido algo más de cuatro siglos. Las cosas no han cambiado tanto. Siempre tenemos hambre. Este Fénix de los Ingenios tendría ahora tantas estrellas Michelin que se confundirían con las que vemos al levantar las cabezas en esta estrellada noche. Pero vayamos al menú, que los entrantes se enfrían.


A Fenisa, señorita, mujer joven de aquella época, se le pide discreción. No ha de mostrar ningún tipo de interés por nada, sobre todo por los hombres. Ella viene, viene, viene con su son. Su madre la alecciona para ello, así conseguirá un partidazo de la época. Discreta. Pero algo pasa, ella ya ha visto por ahí a Lucindo, un don Juan de la época enredado en enredos, pero éste ya se ha fijado en una tal Gerarda, gallarda y moza. A su vez, a Fenisa ya le ha echado el ojo otro vecino, que para más inri es el padre de Lucindo, un tal Bernardo,  un señor ya maduro por la que la madre de la susodicha, Benisa, se queda prendada también. El enredo se enreda. Todo el mundo a cenar.

Y aparecen los camareros, los metres, las sumillers, las cocineras, el menú en toda su expresión. La Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, que todo lo que prepara a fuego lento nos lo ofrece con un cariño y una pasión que hace que sea un manjar para los sentidos lo que vemos. Para todos los sentidos. Una puesta en escena donde los platos vienen y van, donde lo que va sucediendo nos va envolviendo entre bambalinas y fuera de ellas, en un escenario vivo cargado de vitalidad, de energía, que esta joven compañía siempre nos transmite. Para elaborar este menú tan vital se presentaron más de mil personas. Solo unos pocos y pocas  han pasado a formar parte de la misma, alternando los papeles. Todo ello bajo la dirección del chef , Lluís Homar, que va sazonando en escena aquí y allá, apuntando, creando, no dejando ningún plato sin revisar , antes de sacarlo al salón. Él, junto a Montse Díez, Benisa, dan ese punto de experiencia, entrega y sosiego necesario entre tanta juventud, indecente y maravillosa que nos fusila con su energía nocturna en este gran salón.


Vicente Fuentes, como sumiller de la noche, ha aportado su técnica para que los entusiastas actores y actrices dominen el verso y sepan colocarlo en este entorno estrellado. Todo eso avalado por la energía y el trabajo que nos muestran en escena, donde los celos, esos celos tan nuestros, no nos dan respiro. Así que metemos a todos en el mismo pastel, a todo el elenco, sean esa noche los protas o no, los que bailan o los que hablan , los que recitan o los que mueven el escenario, los que decoran o los que peinan. Y las claro.

Allá vamos. Íñigo Arricibita,  Xavi Caudevilla,  Montse Díez , Cristina García,  Ania Hernández,  Nora Hernández , Antonio Hernández Fimia,  Lluís Homar , Pascal Laborda,  Cristina Marín-Miró,  Felipe Muñoz,  Miriam Queba , María Rasco y  Marc Severa. Espero que estén todos. Me quedo sin aire. Y seguimos con el equipo técnico , que muchos aparecen en escena, la dirección adjunta: Oscar Valsecchi , Voz y Palabra: Vicente Fuentes,  escenografía: José Novoa ,Iluminación: Pilar Valdelvira , Vestuario: Deborah Macías , Composición musical: Marc Servera,  Ayudante de dirección: Vanessa Espín , Ayudante de escenografía: Isi Ponce,  Ayudante de iluminación: Juan Andrés Morales , Ayudante de vestuario: Almudena Bautista  y Fotografías: Sergio Parra. De nuevo espero no haberme dejado a nadie. No sería justo.


Lluís Homar sabe nutrir toda esa energía, esa vitalidad, ese trabajo y esa pasión para ofrecernos un menú agradable, que paladeamos, que saboreamos, que nos lleva a ese Madrid de apariencias, de duelos sin quebrantos, de engaños, de vida. Y lo hace con sabiduría, con la experiencia de toda una trayectoria sobre las tablas, apoyado por esa escenografía que nos mete en harina desde antes de empezar, esa música e iluminación que ayudan ese cartel que siempre brilla, ese vestuario de un blanco inmaculado cual pista central de Wimbledon ( Enhorabuena Carlitos ). Todo eso es la discreta. Todo eso y más aún.

Y sí, puede que la obra se nos haga un poco larga a estas horas intempestivas, en esta ocasión en el menú no aparecen entremeses ni cortes que nos hagan digerir la espléndida cena, y sí, puede que escuchemos y veamos licencias que no entendamos muy bien, como esa canción catalana en la corte del Madrid del XVII, o esas apuntadoras que no apuntan. En efeto, todo eso es así, pero el menú es tan bueno, es tan creativo y divertido, está hecho para nosotros, para el público, y podemos pasar por alto todas esas menudencias que no nos deben restar ni un ápice de gusto por el trabajo que estamos disfrutando. Estos platos huelen y saben muy bien. ¿Es todo artificio? Yo ya lo saboreo. Los postres se los dejamos a ustedes.

Disfruten de la cena. Con todos los sentidos, con toda su atención. Lope y la joven compañía nunca defraudan. Y después un gin tonic para comentar la cena. No me dirán que no es un planazo en una calurosa  y manchega noche de verano.

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La discreta enamorada

Lugar: Almagro (Ciudad Real) Teatro Adolfo Marsillach. Hospital de San Juan

Fechas: Del 14 al 23 de julio (descanso el lunes 17 de julio) - 22:45 horas.

Entradas: Desde 20€ 

 

Ficha artística-técnica

 

De:Lope de Vega

Dirección:Lluís Homar

Dirección adjunta:Oscar Valsecchi

Voz y palabra:Vicente Fuentes

Escenografía:Jose Novoa

Iluminación:Pilar Valdelvira

Reparto: Iñigo Arricibita, Xavi Caudevilla, Montse Díez, Cristina García, Ania Hernández, Nora Hernández, Antonio Hernández Fimia, Lluís Homar, Pascual Laborda, Cristina Marín-Miró, Felipe Muñoz, Miriam Queba, María Rasco, Marc Servera

Vestuario:Deborah Macías

Composición musical: Marc Servera

Ayudante de dirección: Vanessa Espín

Ayudante de escenografía: Isi Ponce

Ayudante de iluminación: Juan Andrés Morales

Ayudante de vestuario: Almudena Bautista

Fotografías: Sergio Parra

Técnicos que aparecen en escena: Pedro Acosta Ureña, Juan José Blázquez Ramos, Ignacio Cobos Santamaría, Gema Collado López, Noelia Cortés Plata, Inmaculada García Cascales, Juan Manuel García González, Juan Fco. Guerrero Espada, Alfonso Jiménez Ganso, F. Javier Juaranz Pérez, Rosa Rubio Mazano, Francisco M. Pozón Hernández, Jose M. Romero Jurado, Rosa María Sánchez Adamuz, Carlos Somolinos Arroyo

Agradecimientos: Silvia Pérez Cruz

 

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