Tras el
enorme éxito de crítica y público cosechado en su estreno allá por el año 2019,
vuelve a los escenarios madrileños Jauría; un texto de Jordi Casanovas bajo la
dirección de Miguel del Arco y con un elenco totalmente renovado respecto a la
aventura de hace cinco años.
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Una
madrugada del mes de Julio de 2016, cinco amigos sevillanos que se
autodenominaban “La Manada” agredieron sexualmente mientras lo grababan con sus
móviles a una joven de tan solo 18 años.
Ocho
años después sigue siendo una noticia que nos estremece con tanta o más
virulencia que aquel día del verano de 2016 cuando tuvimos conocimiento de
ella.
Tres
años después, en 2019 Jordi Casanovas y Miguel del Arco unieron su fuerza y su
talento para llevar a escena los hechos previos y posteriores a la agresión. Ya
entonces fue un enorme éxito tanto de crítica como de público.
Este
otoño de 2024 vuelven con esta obra al nuevo espacio de Matadero. La versión
que presentan actualmente mantiene la esencia y el espíritu de la obra de 2019
pero actualizada con algunas modificaciones; entre otras se ha incluido la
vergonzosa sentencia que se dictó posteriormente a la representación de hace
cinco años, las peticiones de pena de la fiscalía; también aparece mencionada la
sección sobre Derecho Penal de la
Comisión General de Codificación, que era la encargada a instancia del ministro
de Justicia de entonces, de revisar los delitos sexuales en el Código Penal. Dicha
sección penal estaba formada por 20 hombres y ninguna mujer.
Cuando
se me planteó la posibilidad de ir a ver la obra, un par de cuestiones me
rondaban la cabeza. La primera eran los sentimientos encontrados a los que me
enfrentaba sobre si ver o no un historia cuyo principio y final ya conocía, un
principio y un final injusto e inmoral.
La otra
cuestión que me planteaba era como representarían la escena de la agresión.
Finalmente después de verla he de decir que me alegro de haber tomado la
decisión de ir.
Como decía, la obra cuenta las horas previas a que la joven conociera
a los cinco chicos sevillanos, la agresión sufrida, los momentos posteriores,
los interrogatorios, la declaración de la joven, las intervenciones del fiscal
y la sentencia.
Para ello se han tenido en cuenta las declaraciones tanto de
la víctima como de los acusados en el juzgado.
La
obra comienza con la aparición de cinco jóvenes que se encuentran de fiesta,
ante nosotros no vemos a cinco actores sino a Antonio Manuel Guerrero, Ángel
Boza, José Ángel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo, Jesús
Escudero. Después de tanto tiempo, de tantas noticias, por fin les ponemos no
solo nombre, también le ponemos cara. Les vemos reír, cantar, dar palmas,
gritar y un escalofrío nos recorre el cuerpo.
Quizás
lo que más me llamó la atención fue que todos ellos pensaban que no habían
hecho nada malo, se reían de sus declaraciones, veían normal todo lo que
aconteció en aquel lúgubre y oscuro portal.
Como
no hubo ningún gesto de arrepentimiento o de cuestionarse lo que había
sucedido. Como tras la agresión, tras robarle el móvil, tras dejarla tirada y
abandonada se fueron a seguir la fiesta y a esperar los encierros. No deja de
ser sorprendente que uno de ellos era militar y otro Guardia civil que además
atendía a víctimas de violencia de género cuando estaba de servicio.
Como decía una de las cosas que más me inquietaba era como
se representaría la agresión. Y aquí reside uno de los éxitos del montaje. La
representación está plagada de violencia, pero es una violencia verbal y
gestual. Una violencia muy cuidada. Que limita la agresión a ver a la víctima
rodeada por los cinco agresores como si de una jauría que arrincona a su presa
se tratara.
Conseguir presentarnos la brutal agresión sin mostrar
ninguna escena explícita de violencia me parece simplemente impecable.
Sin duda ayuda al
resultado final el buen hacer de Alessio Meloni con una escenografía muy
potente junto con la cuidada iluminación de Juan Gómez Cornejo creando
los ambientes necesarios en función de lo que la obra va demandando y el
trabajo de Sandra Vicente con el sonido.
Jordi Casanovas es el responsable del texto. Tomando como eje e hilo
conductor las transcripciones de las declaraciones en el juicio tanto de la
víctima como de los agresores. El texto es duro y potente, por que lo es
también el hecho que se narra. Pero hay que reconocer la impecable labor de
Casanovas ya que lo fácil hubiera sido caer en el morbo de la agresión. Se
centra en toda la parte sentimental que rodeó al caso, las consecuencias
emocionales que tanto la agresión como las reacciones posteriores; tanto de la
sociedad como del propio juicio dejaron en la víctima.
Miguel
del Arco
se encarga de la dirección, de un modo magistral lleva a escena el potente
texto de Casanovas. Magnífica la idea de ir alternando con saltos en el tiempo
los hechos que acontecieron con el juicio posterior; así como desdoblar papeles
en los protagonistas que tan pronto son agresores como abogados defensores y la
joven pasa de víctima inocente a implacable fiscal.
Por lo que respecta al elenco está
formado por Quim Àvila, Artur Busquets, Ángela Cervantes, Francesc Cuéllar,
Carlos Cuevas y David Menéndez.
La
interpretación de los cinco hombres, de la manada ha de considerase en conjunto
pues como tales se presentan y como tales los vemos. Sentimientos
contradictorios pues uno es consciente de que son actores interpretando a unos
bárbaros, pero no por ello uno deja de identificarlos como los propios
agresores, lo que dice mucho y bien de su trabajo. Revuelve mucho el comportamiento
que tienen con la víctima y crean un ambiente de miedo e intimidación que se
traslada más allá del escenario y se extiende por toda la sala.
Sobresaliente
lo bien trabajado que está el acento por todos los protagonistas que parecen nacidos
en Sevilla. Destacar también la expresión corporal.
Maravilloso
el trabajo de Angela Cervantes que nos muestra a una joven ingenua e
inocente cuyo único objetivo era acercarse con un amigo a disfrutar de las
fiestas de San Fermín, una aventura que acabará en comisaría y en un juicio
posterior donde más que víctima parece la persona denunciada. Actriz de enorme
versatilidad y que demuestra distintos registros ya sea como joven
despreocupada que va de fiesta, o de victima de agresión como de fiscal
implacable en busca de justicia.
Como
decía la obra obtuvo un enorme éxito de critica y publico en su estreno en
2019, así como distintos premios entre otros el Premio Max a Mejor Espectáculo
Teatral 2020 y el XVI Premio Cultura Contra la Violencia de Género del
Ministerio de Igualdad.
Por
último indicar que Teatro Kamikaze y Velvet Events celebrarán una función de
carácter solidario el viernes 22 de diciembre a las 12 horas en
apoyo a los afectados por la Dana.
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Teatro: Nave 10 del Matadero.
Dirección: Paseo de la Chopera, 14.
Fechas: Del 7 al 24 de noviembre.
Martes a domingo a las 19.30 horas.
Función solidaria afectados por la
DANA:
Viernes 22 de noviembre / 12h
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Función solidaria: Teatro Kamikaze y Velvet Events celebran una función
solidaria de Jauría el viernes 22 de noviembre a las 12
horas; en apoyo a los afectados por la DANA. La recaudación se destinará a
la Fundació Horta Sud que trabaja para ayudar a los damnificados por las
inundaciones en Valencia. Precio único entrada: 21€ (no se admiten
descuentos)
Ficha
artística
Dramaturgia: Jordi Casanovas.
Dirección: Miguel del Arco.
Con: Quim Àvila, Artur Busquets, Ángela Cervantes, Francesc Cuéllar, Carlos
Cuevas y David Menéndez.
Diseño de
espacio escénico: Alessio Meloni.
Diseño de
iluminación: Juan Gómez Cornejo.
Diseño de
vestuario: José Novoa.
Diseño de
sonido: Sandra Vicente.
Voz en off: Carla Tovias.
Ayudante de
dirección: Carla Tovias.
Una producción
de: Velvet y Teatro Kamikaze.
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