Natacha. Teatro Español

 

Laila Ripoll adapta de nuevo y, tras su exitosa Tea Rooms, a la Sinsombrero, Luisa Carnés. En esta ocasión la veremos en la coqueta sala Margarita Xirgu del Teatro Español, que nos traslada al Madrid de comienzos del siglo pasado.



Con tan sólo veintitrés años, Luisa Carnés, escribió Natacha, un retrato crudo y bastante pesimista de la mujer obrera en los preámbulos de la Guerra Civil.

Con mucha maestría y rigor, Laila Ripoll, reproduce el malestar de una generación de mujeres que no pudieron ser. Mujeres sin infancia, sin educación, mujeres sin abrazos maternos, sin derecho a enfermar, y sin derecho a la queja.



Natacha, la primera novela de Luisa Carnés, es uno de los mejores ejemplos de la novela social de su época. Una estampa fiel de la falta de oportunidades, de la importancia de los contratos, sean de la índole que sean, y nos recuerda que Rubiales, ha habido siempre. Publicada en 1930, cuando Carnés, la más pobre de las escritoras de su generación, apenas contaba con veintitrés años, reproduce el discurso de una adolescente que nació vieja. Sumida en un profundo malestar, una arraigada conciencia de clase y una pobreza que todo lo inunda, decide sobrevivir disociándose a golpe de contrato marital.


Natacha bebe del folletín que, semanalmente diseccionaba la novela decimonónica con personajes llenos de aristas. Cuando el hambre, el frío y el polvo en lo pulmones aprietan, las maneras de prostituirse son también poliédricas.

Ripoll recoge a la perfección esos señuelos de Tolstoi y de Dostoievski, y presenta a personajes con dos caras.


La perspectiva de clase y la perspectiva de género, lo impregnan todo. Es increíble lo actual que pueden ser los temas que abordaba Carnés en 1930. En 2025 sigue habiendo niñas inhalando ácidos en Bangladesh, Rubiales acosando a sus trabajadoras, y mujeres ganando menos dinero que sus compañeros hombres.

Todo bien de drama, bien de pesimismo, todo bien de tristura y amargor, porque como dice la propia Natalia del Valle, “los hijos de los pobres, aprenden antes a pedir el pan que los besos”.




Laila Ripoll, hace una adaptación muy concienzuda que, quizás a veces, se pueda hacer un pelín larga. La puesta en escena es de lo más austera y gris, como el universo frío y desangelado de Carnés. Parece como que no quisiera gastar, por eso los actores, salvo Natalia Huarte, se desdoblan en otros.

La acción se sitúa en el Madrid de los serenos, del escaparate de Lhardy y de los tranvías que los pobres no se podían ni permitir.



Natalia Valle, la protagonista, escupe frases como “qué asco de tíos”, y es que el acoso laboral está con el hambre y el frío, muy presente.

Es una pena que la historia que nos propone Laila Ripoll, que no es otra que una biografía de la misma Luisa Carnés, se represente en la Sala Margarita Xirgu, la pequeña del español. Las Sinsombrero, siempre pequeñitas, siempre detrás, en la sombra de sus coetáneos hombres.



Personalmente creo que Natacha, Luisa Carnés, las Sinsombrero, la pugna por la educación, la emancipación femenina, la lucha obrera y los avances que ésta trajo, y la directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, bien merecen la sala grande, porque la llenarían, pero quizá haya que esperar a otro petardazo como fue Tea Rooms, para situar a las mujeres en el lugar que se merecen.


ESCRITA POR ESTHER TOYOS

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Teatro: Teatro Español. Sala Margarita Xirgu.
Dirección: Plaza de Santa Ana. Calle Príncipe 25.
Fechas: Del 11 de Febrero al 30 de Marzo. De Martes a Domingos a las 19:30.
Duración: 110 minutos aproximadamente.
Función teatro accesible: 7 de Marzo.
Entradas: Desde 13,50€ en Teatro EspañolPrograma de mano.


Ficha artística

Adaptación y dirección: Laila Ripoll

Reparto:

Natacha: Natalia Huarte

Gabriel Vergara: Jon Olivares

Madre/Doña Ada: Pepa Pedroche

Don César: Fernando Soto

Ezequiela/Salud/Pilara: Isabel Ayúcar

Almudena/Elenita: Andrea Real​​

 

Escenografía: Arturo Martín Burgos

Vestuario: Almudena Rodríguez Huertas

Iluminación: Paco Ariza

Espacio sonoro: Mariano Marín

Videoescena: Emilio Valenzuela

Caracterización: Paula Vegas

Ayudante de dirección: Héctor del Saz

Ayudante de escenografía: Laura Ordás

Ayudante de vestuario: Deborah Macías

Ayudante de iluminación: Carla Belvis

Residente de ayudantía de dirección: Inés Gasset

Asistente artístico: Paul Alcaide

 

Una producción del Teatro Español

 

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