Teatro: Otoño en Abril. Teatro María Guerrero
En ocasiones la vida transcurre por su cauce habitual, sin que vayamos teniendo grandes éxitos ni fracasos estrepitosos, pero todo aquello que soñaste en su día se va torciendo y te ves abocado a un oscuro callejón del que es muy difícil salir. La elegancia y maestría con la que esta obra nos cuenta la vida de una familia aparentemente normal, para descubrirnos todos los problemas que en ella existen, nos lleva a conocer los entresijos de este grupo de mujeres, a la vez que descubrimos que las cosas, en la mayor parte de los casos, no son como parecen (ni como deberían ser).
Teatro: Fariña. Naves del Español
El tiempo todo locura en Teatro Galileo
Apurando los últimos coletazos veraniegos y los no confinamientos de momentos en esta nuestra maltratada comunidad por el virus y por nuestros políticos y políticas, acudimos al Galileo, a su magnífica terraza a esta locura teatral. Con tiempo.
Teatro: Lo nuestro estaba cantado. Teatro Príncipe Gran Vía
El amor, ese sentimiento tan importante que suele ser uno de los pilares de nuestra existencia. Pero incluso las parejas aparentemente más consolidadas pueden llegar a marchitar su relación. El amor se acaba, y con ello parece derrumbarse toda una vida juntos, toda una relación cimentada en la confianza, en las complicidades, en todos esos momentos que hasta hace nada eran inolvidables y de la noche a la mañana parecen una horrible pesadilla. Hay relaciones que no lo ven venir, otras tienen claro que su fracaso estaba cantado.
Teatro: La Gaviota. Teatro Abadía
Yo soy Charli in red o Carlos Pavón fuera de este blog, Yo soy Fermj75 en Twitter o Fernando Muñoz Jaén fuera de las redes. Yo soy la gaviota. Yo soy vida. Yo soy amor. Yo soy búsqueda. Yo soy lago. Yo soy arte. Yo soy teatro.
Con lo bien que estabamos en Teatro Español
Un universo imaginario que ya es una clara seña de identidad, el de nuestro barrio. No ahora, hace algún tiempo, el de aquellos que honradamente se ganaban la vida y se acostaban por la noche agotados después de la larga jornada, pero juntos. Aquellas dependientas, siempre con su misma cantinela y su buen hacer y que sabían que tipo de bombilla necesitabas, que parecían conocer tu casa mejor que tu y es que quizá las casas eran todas muy similares.