Teatro: El móvil. Teatro Lara.

Las relaciones personales se han vuelto mucho más complejas con la aparición de los móviles. Ese objeto al que vivimos enganchados y que en muchos casos nos juega malas pasadas... o nos descubre misterios que no conocíamos. En torno a este adictivo aparato gira esta comedia, o quizás sería mejor decir que es la excusa para hablar de relaciones personales, de amistad, de confianza, de amor. Un relato de una generación que vive más apegada al móvil que a la realidad, que se oculta en falsas apariencias para no ser sinceras, incluso con sus mejores amigas. Un grupo de amigas de lo más peculiar, que nos harán pasar muy buen rato conociendo sus penurias.



Todos los que seguimos la trayectoria de PasoAzorín Teatro sabemos que sus historias se basan en el mayor parte de los casos en el mundo de la mujer. La mayor parte de sus montajes (excluyendo alguno como el reciente "Sueño de un seductor") se cimientan sobre sus personajes femeninos, mucho mejor estructurados y de mayor calado que los masculinos. En este caso llevan esta premisa al extremo, con esta historia de mujeres que viven una encrucijada para resolver sus relaciones personales. Una bomba de relojería, con mujeres de muy diverso pelaje, que se ven abocadas a un callejón sin salida en el que deberán sacar a relucir todos sus sentimientos para hacer frente a la situación tan extrema en la que se encuentran.



La nueva comedia de Ramón Paso, autor y director de la obra (con Blanca Azorín como ayudante), es la esencia pura de lo que son sus montajes, una historia aparentemente cotidiana, en la que todos nos podemos ver reflejados, con personajes que basculan entre Woody Allen y Almodovar. En esta ocasión reúne a un grupo de amigas en torno a un sofá, para destriparse unas a otras a la vez que se protegen. Una historia que se diluye ante lo realmente importante, ellas. Un muy pintoresco grupo (del que cada una debería tener una obra centrada en ella) que nos divierte, nos conmueve y nos enternece. Menos salvaje que en otros montajes, Paso se centra en la personalidad de cada una de ellas, para mostrarnos un crisol de singularidades antagónicas, sin nada en común, solo la amistad mantenida a lo largo de los años. Esta mezcla tan distinta hace que salten chispas desde el primer momento, pero también que vayan poco a poco limando asperezas, porque en eso consiste la amistad.


Comedia desenfrenada en la que las actrices son lo realmente importante. La historia, o más bien las historias que las rodean, son secundarias porque lo realmente importante son ellas, lo que las une y lo que enquista sus relaciones. Como pasa en la mayoría de grupos, existen distintas personalidades, desde la más inconsciente y egoísta a la más protectora, de la eterna niña a la mística que busca el amor más profundo y sincero. Hasta ahí todos podríamos pensar que es algo muy habitual, pero la personalidad desbordante de cada una de ellas nos atrapan y nos llevan a lugares no transitados. Porque con unas personalidades tan marcadas y tan distintas, los encontronazos entre ellas son batallas campales, pero la defensa a ultranza de unas por las otras es aún mayor. Todo esto en un ambiente de histérica locura colectiva, en el que parece que sus vidas se derrumban, cada una con un motivo que entiende mucho más importante que los del resto de amigas.



Pero para poneros en situación, os contaremos a grandes rasgos que ocurre en la obra. Vanessa (excepcional Ángela Peirat adquiriendo un mayor protagonismo que en anteriores montajes, lo que ha sido un gran acierto) se encuentra en su casa con la pierna rota y convoca a su pandilla de amigas para que le ayuden y de paso le hagan olvidarse de lo ocurrido. Pero antes incluso de que lleguen ya se está arrepintiendo de haberlas convocado, ya que las peleas entre ellas son muy habituales en los últimos tiempos. Lo que parecía una típica tarde entre amigas (con más o menos conflictos) se complica cuando Vanessa se da cuenta de que su novio se ha dejado el móvil y le llama una chica, la cual cuelga en cuanto escucha su voz. Ya tenemos el lío montado. 

¿Quién le llama?¿Por qué cuelga? ¿Me está poniendo los cuernos? ¿Puedo buscar en el móvil información sobre la chica? Toda esta cascada de preguntas se agolpan en la cabeza de la chica, que pronto entrará en conflicto con sus amigas por las decisiones que toma. Desconfianzas, acusaciones cruzadas, sospechas infundadas, todo vale para esta mujer desesperada, que necesita saber la verdad (aunque realmente todo sea parte de la gran mentira que es su vida), sin importarle a quien haga daño o contra cual de sus amigas se enfrenta.



Una vez puestos en situación, pasemos a las protagonistas, lo realmente importante y divertido de la obra. Comencemos por la siempre hiperactiva Ángela Peirat, que en este montaje asume galones de personaje principal, desplegando toda su vis cómica. Un torbellino que no deja títere con cabeza, que sube el ritmo de la escena a su antojo, con ágiles movimientos (pese a la escayola) y una infinidad de gestos y muecas que la hacen imán para todas las situaciones cómicas. Como hemos dicho anteriormente, el aumento de protagonismo le da aún mayor solvencia, exprimiendo más un repertorio cómico inabarcable. 

Junto a ella, la siempre extravagante y voraz Ana Azorín, la "pepito grillo" del grupo, que mantiene un precioso duelo interpretativo con Peirat a lo largo de toda la obra. El personaje de Azorín se convierte en el narrador de la obra, entrando y saliendo de la escena, atravesando la cuarta y sincerándose con el público, contándonos cómo son sus compañeras e incluso ella misma. Este recurso, que funciona a la perfección, convierte a Ana en un personaje muy del estilo de Woody Allen, tanto por el carácter arisco y ácido como por sus propias neuras. El despliegue que nos regala la actriz, en su papel de hermana mayor del grupo, es impecable, dando palos a todas sus compañeras, mientras se defiende y esconde de sus propios miedos.


La tercera de las integrantes de la compañía, Inés Kerzan, es una neurótica lesbiana que ve peligrar su inminente boda, y con ello toda su vida. La actriz crece a lo largo de la obra en su papel de excéntrica mujer enamorada, con mención especial al momento en que pierde el control, una escena de las más delirantes de la obra, con Inés en estado de gracia, con una plasticidad en sus movimientos (parece que se va a desmontar, que sus piernas sean de goma) que enfatiza la situación y engrandece la comicidad del momento. Junto a ellas, el gran descubrimiento de esta obra es la joven Eva Bonald, que interpreta a la benjamina del grupo. Bonald crea un personaje muy estereotipado, pero que hace las delicias de los asistentes. Una ingenua niña pija, que intenta ser actriz mientras vive en su mundo de fiesta y diversión contantes, sin darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor. Interpretación soberbia, un gran descubrimiento. Completa el reparto Ainhoa Quintana, en el papel de la hermana de Vanessa. Un papel menor pero que tiene momentos muy intensos en sus peleas con Peirat (el momento de la llave es buenísimo).



Todo en esta obra transcurre con una naturalidad asombrosa, que nos hace meternos de lleno en la historia desde el principio, pero dentro de esa normalidad (palabra tan de moda en estos tiempo) se esconde una bomba de relojería. La escenografía sencilla y costumbrista diseñada por Ramón Paso, la iluminación de Carlos Alzueta, el vestuario diseñado por Kerzan y Peirat o el espacio sonoro del propio Paso con la colaboración de César Camino (presidido desde el inicio por Hombres G), todo nos involucra de lleno en un universo conocido, en el mundo real, ese que sólo Paso debe ver como esa mirada tan suya en la que todo es motivo de una gran historia.

No dejéis de ir a ver esta gran comedia, porque PasoAzorín domina el terreno a la perfección y sabe sacar lo mejor de cada situación. Pero también para desconectar de la realidad tan dura que estamos viviendo, de la que necesitamos escapar para seguir hacia adelante. Y en esa huida nada mejor que una gran comedia, nada mejor que las chicas de PasoAzorín Teatro, nada mejor que el teatro. VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CUTURA ES SEGURA







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Teatro: Teatro Lara
Dirección: Calle Corredera Baja de San Pablo 15.
Fechas: Viernes a las 22:00 y Sábados a las 22:15. Del 29 de Agosto al 9 de Enero.
Entradas: Desde 12€ en teatrolara, atrapalo.

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