Mesas y candelabros nos reciben en el Teatro Rialto en una agotadora y ajetreada tarde gran viera. Horario tempranero en este ambiente fresco, maduro, expectante. Zarzuela, baile, cantos varios y ópera, todo en un batiburrillo alborotado en un ambiente sereno, amable. “Me siento barítono”, se anuncia en escena. Y aparecen los primeros cantos, los primeros envoltorios, los primeros escenarios, aparece la música lírica. Con mayúsculas. Disfrutemos de, la llaman ellas y ellos, una tertulia entre amigos.
Con estas notas, con estas pinceladas se nos presenta Ópera & Zarzuela Dreams, donde se fusionan grandes joyas de la lírica mundial, con teatro, con cine, con pinceladas históricas, con talento, bailes y alguna que otra chanza. Una veintena de arias conocidas y reconocidas, teñidas de tecnología inmersiva , de experiencias, coros y ballets en escena, vueltas al mundo sin movernos de la butaca. Tan solo nos debemos parar a escuchar traviatas, mariposas, pueblos que claman por su libertad y sus nabuccos, lágrimas furtivas, toscas, toreadores, habaneras, talleres de zarzuela, con sus verbenas de la paloma y sus calles de Alcalá, paseando caballeros de Gracia, morenas, funiculares o taberneras libertarias… Todo eso nos ofrece este espectáculo sonoro, visual y emocional, que nos retrotrae a momentos, a estados, con la música como estandarte, la que siempre está. La que nunca defrauda.
Los artistas, los cantantes, bailarines y cómicos, nos van llevando de la mano. Un paseo por la historia, de manera didáctica (quizá demasiado guiados), con sus reyes, sus datos, sus estadísticas, sus pensamientos, su protesta, su crítica también. Nos acerca este universo lírico que parece que ha estado destinado a unos pocos, a la élite. Esta ópera zarzuela nos emociona en ocasiones con estas composiciones populares y populistas, que han llegado a ser curiosamente herramientas del pueblo. El llano, el oprimido, el que utiliza en ocasiones este vehículo tan pacífico, tan ancestral para expresarse, para que se le oiga.
Ya en la propia madame Butterfly, en esa japonesa que espera a su marido, aparece por casualidad el espíritu del espectáculo. Siempre hacia delante, a pesar de lo que ocurra en escena, a pesar de que el sonido desaparezca, ella, la madame, sigue cantando, sigue expresando su dolor, su protesta. Y así se sucederán tantas y tantas arias, emotivas, cargadas de historia, cargadas de amor, de penas, de sensaciones. Y ya el público está entregado, y ya suenan las zarzuelas, más cercanas, más sentidas, más cantadas. Ya aparecen las verbenas, las parpusas, los mantones, los pichis, las manolas, ya aparece Madrid en su estado puro, en la fiesta, en las corralas, en un escenario tan real, tan vívido y vivido…Almas de humor entre notas y nardos.
Este espectáculo producido por Álvaro Sáenz de Heredia, nos lleva a esos lugares, nos transporta a esos mundos, distintos y cercanos, lejanos y comunes. Con Poty Castillo en el movimiento del espectáculo, contemporáneo, emocional, visual, envolvente, cercano.
Nos queda lo más relevante. El elenco. Estrellas que brillan en atardeceres marinos. Gafas de contextos históricos que nos pintan la tarde, risas y sonrisas en las butacas. Cercanas, muy cercanas.
Eudivigis Moragas, Inés de Arvizu, Paola Ortiz, Camila Rivero, Paola Leguizamón. Y ellos. Bernardino Atienza, Juan Carlos Barona, Andrés Sánchez, Andrés del Pino, Andrés Lara, John Heath, José Manuel Delicado. Tenores, sopranos, barítonos, mezzosopranos, cantantes, líricos, actores y actrices que nos muestran este registro, este mundo tan intrigante, desconocido para muchos, entre los que me incluyo. Que nos acercan esta pasión con trabajo, con energía, con cariño. Nos transmiten ese entusiasmo y ya todos cantamos, ya tarareamos entre funiculares que suben a lo más alto. Ya vamos entendiendo la cercanía de estas propuestas. Ya nos van conquistando. Reseñar el esfuerzo de estos profesionales entre bambalinas, con un vestuario excelso y cambiante (no he podido encontrar los responsables de vestuario de la obra), maravilloso y estresante, con tanto cambio, con tanta diversidad, como la que afortunadamente abunda en las calles, a pocos metros, en la propia Gran vía, aunque algunos se empeñen en mancillar esa diversidad y volver a las andadas.
Un guiño también al baile, a esos profesionales que aportan, que acompañan los cantos, que nos ayudan a entender estos géneros, fluidos o no, que nos invaden cuerpo y alma. Fernando Martín, Fanny Corral, Lucía Ortiz, Javier Churiaque, Paula Chivato y Hugo Grimalt que nos llevan de aquí para allá entre buhardillas parisinas o desiertos de ilusión.
Gracias a todos ellos y ellas por acercarnos a óperas y zarzuelas por igual, gracias por transmitirnos su pasión, gracias por hacer cotidiano lo que a veces no lo es. Gracias por esos agudos, por esos graves, y por esas bellezas visuales y sonoras que nos hacen en ocasiones volar, en muy buena compañía.
Y que nadie duerma…
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Teatro: Teatro Rialto.
Dirección: Gran Vía 54.
Fechas: Del 25 Junio al 24 de Agosto. De Martes a Viernes a las 19:00. Sábado y Domingo 18:00.
Duración: 125 minutos.
Entradas: Desde 20,30€ en Opera and Zarzuela Dreams.
ELENCO
Camila Rivero
soprano
Eduvigis Monagas
soprano
Andrés Sánchez
tenor
Bernardino Atienza
tenor
Andrés del Pino
barítono
Juan Carlos Barona
barítono
Inés De Arvizu
soprano
José Darío Cano Díaz
tenor
Mariana Ortiz Rodríguez
soprano
Víctor Díaz Rodríguez
barítono
Andrés Lara
tenor
John Heath
barítono
Paola Ariza
soprano
Fernando Martín
Javier Churiaque
Eva Hernández
Verónica Nieva
FICHA ARTÍSTICA
Producciones ASH FILMS
Dirección:
Álvaro Sáenz de Heredia
Dirección artística:
Álvaro Sáenz de Heredia
Dirección musical:
Fernando Villar
Provocador Producciones
Escenografía:
Álvaro Sáenz de Heredia
Vestuario:
Verónica Chiong
Coreografía:
Poty
David Zincaló
Producción:
ALKIAN Producciones