La
Companhia do Chapitô se creó en 1996 y desde esa fecha ha producido cerca de 40 espectáculos originales, entre ellos versiones de clásicos como "
Electra", "
Antígona", "
Edipo", "
Hamlet" o "
Julio César" (obra con la que les vimos en la pasada edición del Festival de Almagro). Una compañía que
valora la comedia por su poder de cuestionar todos los aspectos de la realidad física y social. Sus espectáculos se caracterizan por ser multidisciplinares y sustentarse en un preciso trabajo físico de cada uno de los intérpretes, al que se llega desde un proceso colectivo en constante desarrollo. Unos montajes que invitan al público a ser partícipes, apoyándose en la imaginación para "completar" aquello que nos dejan esbozado de manera elocuente y precisa los actores. La compañía se comunica esencialmente a través del gesto y la imagen, rompiendo barreras lingüísticas y afirmando su vocación universal, lo que le permite tener una relación muy estrecha con los espectadores. 
Chapitô regresa al Corral de Comedias por todo lo alto, con esta irreverente y minimalista versión del clásico de Shakespeare "Rey Lear". Una fascinante propuesta en la que los tres intérpretes dan vida a todos los personajes de la obra (incluso algún personaje es interpretado por distintos actores), en una apabullante y demoledora secuencia de escenas vertiginosas que nos hipnotizan de principio a fin. Los actores se desenvuelven en unos registros propios, crean para nosotros todo un lenguaje nuevo que llega a desafiar las convenciones teatrales. Una propuesta metateatral que pasa de la tragedia de Shakespeare al esperpento, del drama al clown, transformando el Corral de Comedias en un lugar indefinido que los propios actores moldean a su antojo para crear las diferentes ubicaciones por las que transcurre la historia. Los cuerpos (de una plasticidad maravillosa), las voces, los gestos, las muecas, el movimiento, va diseccionando el espacio para pasar por los diferentes lugares, los cuales el espectador reconoce con asombrosa facilidad.
Esta deliciosa locura la dirige José C. García, que ha jugado con los actores para crear, desde la experimentación del movimiento corporal, una pieza impecable. El director reconoce que "la clave es el juego. El juego físico, el juego teatral y el juego de desmontar las convenciones. No parodiamos la tragedia, pero tampoco la veneramos. El humor surge de lo ridículo de la condición humana, y el cuerpo es el primer instrumento para revelarlo. Trabajamos con pocos objetos, mucha precisión y la idea de que cada gesto puede ser poético, absurdo o cómico, a veces todo al mismo tiempo. La tragedia está ahí, la risa nos permite mirarla y comprenderla". Un juego desde el cuerpo del actor que les da una libertad absoluta a la hora de crear. Que divertido debe ser el proceso de creación de esta compañía, se les ve disfrutar en escena, desde la seguridad de quien se sabe un virtuoso en lo que hace.

La Companhia do Chapitô son inigualables en lo suyo. Tienen una enorme capacidad para hacer suya la escena y manipularla con lo mínimo, valiéndose casi exclusivamente de sus cuerpos para desde ese lugar crear unos personajes de lo más singular. De este modo, son capaces de deconstruir personajes clásicos que todos tenemos en la cabeza, para convertirlos en algo diferente, algo que se desliza entre la caricatura y el clown, dotando a cada uno de los protagonistas de la historia de una ternura y una plasticidad fabulosas, rompiendo las barreras lingüísticas y dejando la palabra (algo tan esencial en la obra de Shakespeare) en un segundo plano, casi residual en el desarrollo de la historia. Su enfoque humorístico y corporal en la reinterpretación del clásico le permite alejarse de la solemnidad del texto canónico y ofrecer al espectador versiones frescas, provocadoras e irreverentes cuyo acento colectivo refuerza asimismo una visión política y comunitaria de la escena.
La compañía ejecuta sus montajes en torno a textos clásicos, principalmente de Shakespeare, desde un humor absurdo, de clown, que muestra lo grotesco y esperpéntico que pueden llegar a ser esos personajes poderosos de las tragedias clásicas. Desnudan de parafernalia el montaje para ir a la esencia y hablar de los instintos más básicos de los personajes, de sus vicios y sus obsesiones, de sus ansias de poder y sus deseos ocultos. Todo esto lo consiguen con un ritmo frenético, con un lenguaje de lo más actual, plagado de referencias visuales y estéticas que nos acercan a la universalidad del texto. De este modo, jugando con el cuerpo y la estética del movimiento, consiguen una versión diferente, irreverente, divertida y muy original, sin perder en ningún momento la esencia del texto original.

Si algo caracteriza los montajes de Companhia do Chapitô es por el modus operandi de sus intérpretes, tres genios que dominan el gesto y la expresión corporal como pocos. Ellos son Carlos Pereira, Susana Nunes y Tiago Viegas, capaces de interpretar miles de roles a lo largo de la función, con capacidad para cambiar de personaje en cuestión de segundos con una precisión increíble. No necesitan de grandes escenografías ni de ostentosos vestuarios, ellos mismos nos muestran con su corporalidad todo lo que necesitamos para ver la historia, desde lo físico y desde el ingenio de una imaginación portentosa. El trabajo físico y su expresividad son los pilares sobre los que cimientan sus montajes, lejos de las grandes puestas en escena, son sus propios cuerpos y su manera de habitar el espacio lo que les convierte en únicos. Una poderosa energía con la que incendian la escena durante la hora y pico que dura el montaje, sin bajar el ritmo, subiendo siempre la apuesta, dejándonos con cada nueva escena un ejemplo de su ingenio, su imaginación y su dominio absoluto del hecho escénico.

Los tres transitan con desparpajo todos los personajes de la obra, pero lejos de confundir, el espectador reconoce de inmediato a quién interpreta cada actor en cada momento. Una precisión y meticulosidad que hace que veamos claramente cada personaje desde los distintos cuerpos de los actores. Cada uno de los intérpretes trabaja con precisión los personajes, dándole a cada uno infinidad de pequeños matices, trabajando desde diferentes capas de la interpretación, para exponer las diferentes aristas de caracterizan a los miembros de esta peculiar familia del Rey Lear.
Todo esto sucede en una escena vacía, en la que los actores solo necesitan de unos folios y unas espadas para crear todas las escenas de la obra. El uso de los folios para representar infinidad de cosas, desde la vestimenta del rey a un "cigarro", pasando por la fantástica escena de la tormenta, nos deja bien claro el ingenio y la imaginación de la compañía, capaces de ahorcarse en escena sin ningún elemento de atrezzo y que veamos claramente como el cuerpo del muerto se tambalea sin vida. Todo este despliegue físico se acompaña por el impecable trabajo de sonido de Rui Rebelo y el cuidado diseño de luces de Nuno Patinho.

En definitiva, volver a disfrutar de Companhia do Chapitô ha sido uno de los momentos más divertidos y fabulosos de este fin de semana en el Festival de Almagro. El año pasado yo mismo salí alucinado al ver su anterior montaje en el Corral de Comedias. En esta ocasión, le insistí a uno de mis acompañantes de que no se podía perder a esta compañía. El resultado fue el mismo que hace un año, salió aluciando y sorprendido, emocionado y conmovido. Porque eso son los montajes de esta original compañía. Una propuesta fascinante por su originalidad, sorprende por la capacidad de sus intérpretes a trabajar toda la historia desde la gestualidad, divertida por la imaginación y el ingenio del resultado final. Una delicia poder volver a disfrutar de estos genios en el Corral de Comedias de Almagro. Esperemos poder hacerlo muchas más veces.
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Teatro: Corral de Comedias. Festival de Almagro.
Dirección: Plaza Mayor 18, Almagro.
Fechas: Días 11 y 12 de Julio a las 22:45.
Duración: 80 minutos aproximadamente.
Elenco:
Carlos Pereira
Susana Nunes
Tiago Viegas
Equipo técnico:
Dirección: José C. García
Puesta en escena: José C. García
Asistencia en la puesta en escena y producción:
Leandro Araújo
Asistencia al movimiento: María Radich
Directora de Producción: Tânia Melo Rodrigues
Creador de sonido: Rui Rebelo
Diseño de iluminación: Nuno Patinho
Operaciones Técnicas: Francisco Ornelas
Diseño Gráfico: Silvio Rosado
Comunicación: Cristina Carvalho
Audiovisuales: Frederico Moreira, João Mendes, Simão
Anahory
Apoyo: República Portuguesa y Cultura/ Dirección
General de las Artes