Llega al Teatro Circo Price un fabuloso espectáculo de la Compañía Raluy Legacy, por primera vez en Madrid con su exposición de caravanas antiguas, todo un museo ambulante que nos marca el inicio de una experiencia fascinante. Un espectáculo con más de 20 artistas internacionales que hará vibrar a toda la familia. Acompáñanos en este viaje a conocer Cyborg, un lugar más allá de lo humano. La evolución del mundo del circo y la revolución del arte!
Maravillosa, magistral, magnética, mayor, majestuosa, magnífica, mágica, como la vida circense, como la propia vida. Y así, al ritmo de la Marcha Radetzky, cual circo de año nuevo en los madriles, de la batuta de Strauss, o mejor aún, del entrañable Dimitri, se nos presenta este Cyborg capaz de todo, de ensalzar las capacidades individuales de cada cual, de dar lo mejor de cada quien, de hacernos disfrutar como criaturas, deseosas de magia, de experiencias, de sueños, de bolas de discoteca gigante que iluminen estas cualidades y aquellas que no emergen aún, pero que están.
Difícil hablar de la grandiosidad de lo visto sin hacer spoilers o revelaciones de detalles importantes de la trama o el desenlace de una obra de ficción tan vívida y vivida como esta. Podemos empezar como Nieves Concostrina y su acontece que no es poco, con un poquito de historia…
Este Cyborg tan humano, tan emocional es la última propuesta del Circo Raluy Legacy, un circo centenario y generacional. Allá por los inicios del siglo pasado, del XX, Luis Raluy Iglesias, el creador de todo este tinglado, nacido en zona cátara, se afincó en las cataluñas, por el Besós. Y empezó a crear números circenses, como el gran cañón humano, o el triple salto mortal en automóvil, ofreciendo un talento descomunal. Acompañado por su familia, trabajó en los mejores circos y teatros del mundo, competiendo en aquella época con la ópera o el teatro.
En aquellas épocas dictatoriales, hará unos sesenta años, empezaron a apostar por un concepto de circo museo, recopilando caravanas y carruajes retro rescatados de todo el mundo mundial. Hoy en día sus desplazamientos son comentados, no solo en los portales de los pueblos a la fresca de las noches , sino en todo el orbe, movilizando caravanas de ilusión de varios kilómetros. En la actualidad, seis generaciones contemplan este vibrante y evocador estilo vital, siendo dirigido por Louisa y Kerry Raluy, hijas de Luis Raluy, que mantienen la tradición y el espíritu de antaño con la vanguardia y la estética que tanto se impone en esta nuestra sociedad. Esperemos que les sucedan más y más generaciones, como esas criaturas que vimos en el descanso del espectáculo, en un carromato, ajenas al trasiego exterior, cuidadas con dulzura y cariño.
Volvamos al Cyborg, al lío, que me ensueño.
Volvamos a este espectáculo sin igual, parafraseando al gran Álvaro Tato, “al rito más viejo, la carnavalesca fiesta del circo, y su magia eterna”. A ese Cyborg, a esa fusión entre el hombre y la máquina, a las capacidades extensas del ser humano, a lo que cada cual puede dar y llegar, y como reza en su proclamo, a “un espectáculo visual, lleno de valores, que nos presentarán un universo repleto de personajes magnéticos, casi robóticos, animales animatrónicos, motoristas en la oscuridad, criaturas invertebradas, máquinas que rugen, equilibrios imposibles, vuelos espaciales, y como no, mucho mucho humor”.
Damos fe de todo ello, de lo vivido en el Teatro Circo Price en más de dos horas cargadas de amor. Amor por una profesión, por un modo de entender la vida, por un sacrificio no pedido, por horas y horas de trabajo para ofrecernos algo único, vibrante, emocionante, impactante, que no te deja indiferente. Que te apasiona, que te conmueve, que hace que entres en la pista, que vueles por los aires, que sientas el vértigo en ocasiones, el humor en otras y la admiración siempre. Que te emociones.
Con acentos balcánicos, de Kusturica, de gatos negros y blancos, de animales magníficos, de gauchos encendidos, de fuegos no tan fatuos, de aires, de lunas, de cielos estrellados en una tarde calurosa, de carromatos de antaño entre bastidores, de contornos, de torsiones, de ángeles en telas, de medusas abisales, de lo divino y lo humano, de motocicletas de colores o de payasos de verdad, Cyborg nos lleva de la mano a otra dimensión, la mágica, la de los recuerdos de la niñez, con esa capacidad evocadora de grandes momentos vitales, con esa sensación que dibuja sonrisas y carcajadas.
Más de una veintena de profesionales que nos llevarán en volandas de lo clásico a lo actual, de lo tradicional a las tendencias, de lo analógico a las redes, sean sociales o de pescar. Vivencias que nos atrapan, telas de araña que nos envuelven con un envoltorio espectacular, luces, sonidos y efectos que nos introducirán en la carpa, en la pista, en las jaulas, en las telas, en nuestro interior.
Así es Cyborg. Usted también es Cyborg, yo también lo soy. Todos somos Cyborgs. Vengan al Teatro Circo Price, con o sin criaturas. Al salir, volveremos a ser los niños que fuimos, las niñas que soñamos. Los ciborgs que podrán con todo. Gocen y disfruten.
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Teatro: Teatro Circo Price
Dirección: Ronda de Atocha 35.
Fechas: Del 31 de Mayo al 29 de Junio. De Miércoles a Sábado a las 19:00. Domingos a las 18:00.
Duración: 2 horas 15 minutos, con descanso
Experiencia caravanas: Desde 1 hora antes de empezar la función y en el descanso.
Entradas: Desde 14€ en Teatro Circo Price.