La compañía Gritadero se caracteriza por
poner en pie textos de todos los tiempos y darles la perspectiva y sensibilidad
contemporánea sin dejar de jugar con los lenguajes escénicos. Y este montaje no
deja de seguir esa estela.
En la finca de Sorin, a las afueras de Kiev, se reúnen un pequeño grupo de artistas y allegados. Amores y desamores se suceden. Carreras artísticas despegan y decaen. Unos dan sus primeros pasos, otros dan los últimos. Reflexiona sobre el arte y la vida.
"Gaviotas" es una historia dentro de otra
historia formando un caleidoscopio y un enredo entre personajes que juegan a
ser otros. Teatro en estado puro. El amor y el desamor tejen los entramados y
las acciones de los personajes. Nuestros actores vestidos de blanco emulando a
gaviotas. Porque no es una sola, como en la historia de Chéjov, son cuatro
personajes emulando a nueve.
Esta obra que tiene toques de humor y más
parece a “Sueño de una noche de verano” con engaños, amores no correspondidos,
enredos, que a Hamlet, con la que tanto se compara. Masha persigue a Treplev,
este a Nina, Elena a Demetrio y así en círculos. Todo ello bajo el prisma del
amor. En una de las escenas Nina interpela ”Falta amor, en una obra no debe
faltar amor”.
Todas graznan con gorjeos amenazadores o
sutiles, actores en busca de su papel, con sus pasiones y vanidades, egoísmos y
contradicciones y dudas de hacer lo correcto «Se me hace extraño estar haciendo
esto que estamos haciendo de la manera en que lo estamos haciendo», dice en
momento dado de la función una de las actrices.
La función es compleja y se hace y se
deshace en una cascada de situaciones donde los personajes se van repartiendo
gracias a un atrezzo sencillo. Sombreros, gorras pañuelos de seda, o una
chaqueta son la señal de cambio y hay que estar muy atento para no perderse en
ese juego tan divertido. El Lago que se percibe a lo lejos y la música de
bolero son otros actores que conforman esta pieza.
Hay veces que la obra inicial se rompe y se añaden escenas que te descolocan y te hacen estar más atento. Claro ejemplo es la aparición de otros autores y libros que amplían los que aparecen en el original. Aquí aluden a Maupassant, Brook, a la vez que hay escenas que te recuerdan a Mayorga y Messiez.
En un cuadrilátero, nuestros cuatro actores, Alicia Lescure, Ana Lischinsky, Amanda Recacha y Rodolfo Sacristán, que son puro arte, con unos trabajos impecables y donde todos tienen su momento de brillo, el público mira al centro y a su reflejo al otro lado y es un partícipe mudo de la obra. Metateatralidad en estado puro.
La puesta en escena y la
ambientación es sobria y sencilla. Aunque la escenografía con las gaviotas
transformadas desde el papel mecanografiado que pende sobre ellos hasta
convertirse en la nada es magnífica, una delicia para la vista.
Si tienen oportunidad de ir a verla el sábado que vienen anímense porque ¿a quién no le gusta jugar?
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Elenco: Alicia Lescure, Ana Lischinsky, Amanda Recacha y Rodolfo Sacristán
Autoría: Adaptación libre por Gritadero Teatro
Dirección: Amanda Recacha y Rodolfo Sacristán
Producción: Gritadero Teatro
Escenografía y vestuario: Pablo Chavez Maza
Iluminación: Antonio Colomo Gragera
Diseño de cartel: Emiliano Cano
Fotografía: Luz Soria
Prensa: María Díaz
Que maravillosa crítica. Muchas gracias Gema por tu apoyo, tus palabras, tu mirada y por compartir. Me ha encantado leerte! GRACIAS!!!!
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