Cajas varias en el Teatro Valle-Inclán en esta inmersión de sentidos, en este documento de silencios, en este Madrid que no calla, pero calla cuando debe. Una delicada escenografía es enumerada y aparecen las actrices, tres eran tres, con sus delantales, para cocinarnos una deliciosa tarde de tormentas, dentro y fuera de la sala.
Este teatro contado, documentado sin documentos, como nos cantaban Los Rodríguez, nos narra la fascinante vida de Helen Keller, escritora, socialista, feminista, activista, anticapitalista, revolucionaria, transformadora, creadora, luchadora, y también sordo ciega.
“Al escribir la historia de mi vida siento una especie de temor…”. Fantasía y realidad se mezclan desde su particular mirada, desde su modo de percibir el mundo, desde su capacidad de transformación, de lucha, de rebeldía, de capacidad. Y Helen no lo tuvo fácil en el país que dicen de los sueños. Ya desde jovencita se hicieron muchos chistes macabros sobre ella. “Para Helen las rosas son negras, las violetas son negras, y el cielo negro…”
Y mientras esto sucede, en el escenario van vistiendo a Helen, van montando su historia a golpe de maniquí con una ternura tan especial, con una delicadeza tal que ya nos invitan a soñar en otro código, en otros sentidos, en otras miradas. El silencio nos empieza a invadir, a remover, a despertar, a veces también nos incomoda. Disfrutamos de la escucha del resto de sentidos, mientras Chusa, Ángela y Patricia, nos ilustran la vida de esta mujer.
“Cómo pudo deletrear en la mano un libro de cincuenta mil palabras”. El maniquí sin rostro cobra vida de la mano de Chévere, con sus caricias, con sus signos, con sus símbolos, con su amor. Amor que nos inunda, que lo olemos, que lo tocamos, que lo sentimos.
Las propuestas en escena nos emocionan, nos transmiten poesía con sus colores, fríos, que ya nos calientan, con sus idas y venidas, sus delantales y mandiles, sus miradas, tan cercanas, tan sinceras. Con sus archivos, los que están y los que no, los investigados y los imaginarios, los reales y los soñados, los dichosos documentos. Nos van desgranando la vida de Helen, de su maestra, tan importante en cada época, Ana Sullivan, otra superviviente, que supo entender como nadie a su “pequeña salvaje”.
Su historia contada por otras historias, porque ella no puede hacerlo. Detalle sorprendente: la difusión masiva por las redes hace unos años afirmando que la historia de Helen es falsa, y que debe ser eliminada de la historia. Como ven, tras el paso del tiempo, la vida sigue igual. La sociedad por la que Helen apostó, no ha evolucionado tanto. Una mujer ciega que nos abra los ojos y una mujer sorda que nos traiga ruido es algo que la sociedad no tolera, y si encima es socialista, comunista o marxista en el país de Donald, del pato y de Trump, la cosa se pone turbia.
La incomunicación en la era de la comunicación se acentúa día a día. Miremos hacia dentro, hacia las tablas de nuevo. Miremos a Chévere, a esta compañía, agitada y latente, que con treinta años de trabajo nos sigue manteniendo en vilo con sus propuestas teatrales, creativas, irreverentes y críticas. En 2014 recibieron el Premio Nacional de Teatro por su compromiso social y cultural. Esta compañía gallega, con el humor por bandera, nos documenta en esta sociedad tan parcial, tan polarizada, y en ocasiones tan cerrada , que nos abren agujeritos para poder ver de otra manera.
Poco antes de su muerte, con ochenta y siete años, Helen le dijo a un amigo “En estos oscuros y silenciosos años, Dios ha estado utilizando mi vida para un propósito que no conozco, pero un día lo entenderé y entonces estaré satisfecha”. Con sus fotos indocumentadas, esas que siempre faltan, el montaje crece, nos hace partícipe, nos emociona a chorros, nos seduce y conmueve.
Y se hace por fin la luz en escena. ¿Qué foto elegirían de su vida? ¿Qué ocurriría si desaparece? Vengan al CDN a descubrir la suya, esa por la que serán recordados. Vengan a fotografiar a Helen, y vuelen con ella, sea maravillosa o no. Eso ya lo dejo a su elección.
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Teatro: Teatro Valle-Inclán. Sala Francisco Nieva.
Dirección: Plaza Ana Diosdado s/n.
Fechas: Del 15 de Marzo al 7 de Abril. De Martes a Domingo a las 18:00.
Encuentro con el público: 21 de Marzo.
Duración: 1 hora 30 minutos.
Entradas: Desde 12,50 € en entradasinaem.
EQUIPO
Creación
Chévere
Idea
Chusa Pérez de Vallejo
Dramaturgia, documentación y dirección
Xron
Reparto
Ángela Ibáñez, Patricia de Lorenzo y Chusa Pérez de Vallejo
Espacio escénico
Chévere y Nononon.lab
Iluminación
Fidel Vázquez
Vestuario
Uxía P. Vaello
Espacio sonoro
Xacobe Martínez Antelo
Espacio audiovisual
Lucía Estévez
Voz grabada
Iván Marcos
Adaptación a LSE
Ángela Ibáñez y Chusa Pérez de Vallejo
Asesoramiento y apoyo en inclusión
Chusa Pérez de Vallejo
Asesoramiento en lengua de signos
Ramón Costoya Lens
Ayudante de dirección
Borja Fernández
Audiodescripción
Nieves García y Susana Longueira
Programador subtítulos
Iñaki Ruiz
Fotografía
Sabela Eiriz
Diseño de cartel
Equipo SOPA
Agradecimientos
Julia Fernández-Nieto, Vida Bajo Fernández, Irene Iñiguez, Cloti Vaello, Tomán Rábanos, Sara Crespo, José Portela, Elena, Sergio y Ainhoa, Magdalena Pérez de Vallejo y Jorge Bandín
Producción
Centro Dramático Nacional, Chévere y Teatre Lliure
Apoyo
Agadic-Xunta de Galicia
Colaboración
Centro Dramático Galego, Concello de Ames, ONCE y Sala Ártika
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