Nos acercamos a la sala Cuarta Pared para degustar una obra llena de verdad, que nos atrapa desde el comienzo porque nos interpela a cada uno de nosotros. Todo parte de una manifestación, pero esta es solo una excusa para hablar de nuestra sociedad, de los miedos de la juventud por un futuro cada vez más incierto, del dolor y la rabia por los recortes en nuestra libertad de expresión, por la falsa libertad que en realidad es una violenta estructura que nos empuja a la mayoría a los márgenes. Todas esas reflexiones sobrevuelan esta fabulosa pieza, que nos remueve y nos divierte, que nos cabrea y nos frustra, porque vivimos en una época de mentiras, en la que el aparente bienestar nos ahoga cada vez.
La realidad y la ficción se entremezclan en esta pieza, que transita entre el naturalismo y el surrealismo, dejando perplejo al espectador con la contundencia de lo que escucha y la potencia de lo que ve. Esta epopeya contemporánea nos habla de injusticias y de indignación, pero sobre todo es una inteligente radiografía de una época, la actual, en la que todo transcurre a tal velocidad que dejamos de apreciar lo importante. Ese ojo que lucha por sobrevivir, nos va contando lo que ve, lo que siente, para abrirnos la mirada y descubrir todo eso que a veces nos pasa desapercibido. Desde una sala de espera de un hospital veremos pasar la vida, pero también un análisis ácido y punzante de la sociedad en la que vivimos, esa en la que el rapero Pablo Hasél acaba en la cárcel por una letra de una canción.
Esta producción es la primera de la compañía castellano-manchega Hijas de Maritornes, creada por los albaceteños Jorge Kent, Rakel Camacho (directores de la obra) y Nuria López (una de las actrices del elenco), con un texto abrumador, de una potencia descomunal, lleno de guiños a la actualidad y planteando cuestiones que a todas nos preocupan. Una obra gamberra y comprometida, muy en la línea de trabajos anteriores de Camacho. Con un trasfondo político, la pieza usa de "excusa" un hecho lamentable ocurrido en una manifestación para crear todo un universo onírico en el que vamos separándonos de la realidad para adentrarnos en esa visión que nos propone el iris azul del ojo que le acaban de reventar a una chica en una manifestación. Este personaje ausente se convierte protagonista y narrador de la historia, en la voz del gran Carlos Hipólito (otro guiño a nuestra historia reciente, ya que esa voz nos ha acompañado durante años como narrador en "Cuéntame").
El texto de Antonio M. López está lleno de imaginación, de ironía, de crítica social, de reflexiones profundas sobre muchos temas que preocupan a la mayoría de los espectadores. El autor juega con nosotros, llevándonos por lugares comunes que todos reivindicamos, para alejarnos cada vez más de esa sala de espera del hospital y hacernos viajar a lugares mágicos. Un texto que nos propone situaciones surrealistas entrelazadas con escenas en las que todos nos podemos ver reflejados. El dolor y la angustia de las protagonistas esperando en ese frío lugar se solapa con la ingeniosa conversación entre Adolf Eischmann y la Audiencia Nacional (divertidísima y brillante escena). Realidad y surrealismo se combinan de forma ingeniosa para crear un collage que refleja lo que somos.
Rakel Camacho y
Jorge Kent son los encargados de la dirección de la obra, con un resultado apabullante, muy propio de la directora de éxitos como "
Coronada y el Toro", "
Quiero colapsar a tu lado" o "
Cada átomo de mi cuerpo es un vibroscopio", lleno de surrealismo y crítica social, de pelotas de goma que nos cuentan su versión de los hechos o del ojo mutilado como narrador de la historia. Porque Camacho ha conseguido crear un universo propio en el que todo es posible, en el que la forma de contar resulta esencial por su originalidad y su sencillez. En montajes como este todo el posible, incluso va creciendo cuanto más surrealistas y burlescas son las situaciones. Y en eso Rakel Camacho se ha convertido en toda una experta. Su forma de solapar las escenas, ese orden dentro del caos aparente, ese espacio vacío en el que cabe todo. Si a eso sumamos su facilidad para conseguir el máximo de los actores, tenemos una pieza impecable llena de momentos inolvidables.
La historia nos lleva a comienzos del año 2021, cuando encarcelaron al rapero Pablo Hasel por el contenido de las letras de sus canciones, al ser consideradas extremadamente provocadoras y ofensivas. Este hecho desembocó en una serie de protestas y manifestaciones en las principales ciudades del país. Durante una de esas manifestaciones, en la ciudad de Barcelona, una pelota de goma reventó el ojo derecho de una de las manifestantes, una joven universitaria llamada Laura. Aquí comienza nuestra historia. Dos de sus amigas, Maica y Carlota, la llevan al hospital para que la operen e intenten salvarle el ojo. Una espera angustiosa en la que las dos amigas recuerdan lo sucedido, hablan de lo que ha llevado a la gente a aquella protesta, protestan por un país que las tiene subyugadas. Una cruda reflexión en la que las dos amigas expresan su rabia e impotencia ante la violencia policial; los miedos y la estupefacción de una juventud española que ve como su libertad de expresión es reprimida impunemente en democracia.
Durante ese larga espera será el iris azul del ojo de Laura el protagonista del relato, el encargado de contarnos su versión de la historia, narrando lo que ha visto hasta entonces. Este giro surrealista nos lleva a conocer las sensaciones y sentimientos de Azul. La trama se disocia en dos vertientes, una costumbrista en la que vemos las diferentes versiones de las amigas o de los policías, y otra mucho más surrealista en la que tendremos de primera mano el testimonio de la pelota de goma o del ojo afectado. Una divertida y mágica propuesta que pone la mirada en las distintas perspectivas que puede haber de un mismo hecho. Nos veremos reflejados en los relatos de cada uno de ellos, y nos cuestionaremos quien ha podido tener la culpa del terrible desenlace. Iremos viviendo cada instante con la máxima emoción, entiendo lo que escuchamos y viendo el ingenioso paso de una realidad reconocible a un surrealismo psicotrópico. El onírico final es pura fantasía.
El elenco es uno de los puntos fuertes de esta poderosa obra. Ellos son
Jorge Kent ("Coronada y el Toro", "Cielos", "Supernormales"),
Raquel Arroyo ("Playoff", "Sueño de una noche de verano", "El casting"),
Nuria López ("En el salón", "Gerundio", "Precioso") y
Marta Megías ("Los hijos de cualquiera", "La isla" o la esperada nueva pieza de María Goiricelaya "Nevenka"). Un reparto que funciona a las mil maravillas, con la energía desatada de
Nuria López, la comicidad irreverente de
Marta Megías, la plástica polivalencia de
Raquel Arroyo y la presencia siempre poderosa de
Jorge Kent. Las dos primeras interpretan a Maica y Carlota, las amigas de Laura que esperan noticias de la operación. Por otro lado,
Arroyo y Kent van mutando en el resto de personajes que aparecen en la historia, con una facilidad pasmosa.
Y todo esto sucede en un espacio aparentemente vacío, en el que son los propios actores los encargados de crean el espacio escénico. Un espacio mutable (diseñado, al igual que el vestuario, por los propios miembros de la compañía) que como la propia historia va cambiando de escenarios muy reconocibles y realistas a otros más conceptuales. La iluminación, diseñada por Mariano Polo, también transmite esa dualidad entre lo real y lo onírico, hasta acabar bañando la escena del azul del ojo protagonista. Toda la historia se apoya con las videocreaciones de Elena Juárez y el espacio sonoro diseñado por Alberto Shwatz, que elevan aún más la apuesta de la obra.
En definitiva, estamos ante una obra original, divertida, impactante, demoledora. Una historia que nos atrapa con esa visión del ojo, que nos divierte con la personalidad desbocada de sus personajes, pero sobre todo nos emociona y nos hace reflexionar, ya que el fondo que se esconde tras esta excesiva e ingeniosa locura nos toca directamente. Porque el texto nos habla de las dificultades de los jóvenes para progresar, de la censura que se les impone a los artistas, de la mentira continua en la que vivimos, esa en la que tenemos que vivir al instante y a toda prisa para no perdernos nada. Un montaje en la línea formal de anteriores trabajos de Rakel Camacho (con un sello de identidad muy definido) en los que aborda los temas más controvertidos desde la perspectiva más lúdica. No dejen pasar la oportunidad de ir a verla, saldrán con muchas reflexiones sobre las que amenizar la vuelta a casa y sobre todo lo se lo pasarán muy bien.
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Teatro: Sala Cuarta Pared
Dirección: Calle Ercilla 17.
Fechas: Del 12 al 21 de Septiembre. De Jueves a Sábado a las 20:30.
Duración: 70 min.
FICHA ARTÍSTICA
Dirección: Rakel Camacho y Jorge Kent
Con la Voz de Carlos Hipólito
Texto: Antonio M. López.
Producción: Hijas de Maritornes
Diseño de Vestuario y Escenografía: Hijas de Maritornes
Diseño de iluminación: Mariano Polo
Videocreación: Elena Juárez
Composición Musical y Espacio Sonoro: Alberto Shwartz
Coreografía: Raquel Arroyo
Creación Plástica: Juan Piza
Diseño de Cartel e Imagen gráfica: La Dalia Negra
Colaboran La Belloch Teatro y el Teatro de la Paz de Albacete
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