Magnífica y original elección del Teatro de la Comedia
para comenzar el año. Se trata de Tirant lo Blanc, estrenada en el Grec
Festival de Barcelona; basado en el clásico de Joanot Martorell escrito en el
siglo XV y con dramaturgia de Màrius Serra.
De un tiempo a esta parte he decidido afrontar
ciertas facetas y actividades de la vida sin expectativas y bromeo con ello constantemente.
Pues siguiendo esta idea acudí a la sala Tirso de Molina del Teatro de la
Comedia para ver la versión de Tirant lo Blanc. Y he de confesar que tras dos horas
de representación salí maravillado. Una pequeña joya en la sala pequeña.
A pesar de estar recién iniciado el año, estoy
convencido que ésta será una de las cinco mejores obras que se puedan ver a lo
lardo de este 2025.
Tirant lo Blanc es una de las principales obras
de caballería que sirvió de guía a muchas de las que se escribieron con
posterioridad. Joanot Martorell empezó a escribir la obra varios años después
de la caída de Constantinopla. Supuso un soplo de aire fresco para el tipo de novelas
que se escribían en esa época al incorporar ciertos temas poco frecuentes entonces
como reflexiones sobre la muerte y las guerras e incluso llega a incorporar puntos
de humor.
Dada la extensión del texto original Màrius
Serra ha optado por centrarse en la parte más heroica y aventurera del
caballero Tirant. Narrando sus peripecias desde que cree que su amada la
princesa Carmesina le es infiel con Leuseta – el jardinero negro hasta que naufraga
en las costas mediterráneas del norte de África cerca de la costa de Barbaria y
las mil y un peripecias en búsqueda de volver a casa.
Acompañamos a Tirant en su viaje por el norte
de África a las órdenes del emir, en su afán por cristianizar a los infieles
acompañado de Escariano rey de Etiopía y de Plaerdemavida para finalmente
llegar a Constantinopla para reunirse con Carmesina y librar a todo el imperio del
yugo musulmán.
La dramaturgia es obra de Màrius Serra a
quien hay que agradecer recuperar un clásico de la literatura caballeresca tan
conocido y desconocido a la vez como haberlo hecho de un modo muy cuidado.
Pese a ser todo un clásico ha sabido enlazarlo
con temas muy actuales como la crisis migratoria en el Mediterráneo procedente
de África.
Según cuenta Serra “Este espejo mediterráneo
frontera movediza transformada en cementerio, nos permite desplazar los puntos
de vista de los personajes en la línea del tiempo hasta acercarnos a nuestros
saturados oídos sus voces aparentemente lejanas”. Para continuar señalando
que “Respetamos el clásico porque lo miramos con nuestros ojos avezados en
contemplar el presente”.
Joan Arqué es el
responsable de la dirección escénica, indica que “la adaptación al teatro de
Tirant lo Blanc supone siempre un reto, un reto mayúsculo, que a veces obliga a
olvidar a lo que uno se enfrenta, para poder andar pensando sin tanto peso en
la espalda”. Y continúa señalando “el texto cuenta con unos personajes
erigidos en un tiempo concreto, con un fuerte deseo de rebelarse en contra de
su realidad histórica y que a la vez hacen de nuestro Mediterráneo un espejo de
conflicto entre civilizaciones”.
Judith Colomer se encarga de la escenografía, sencilla y compleja a la vez.
La iluminación es de Toni Ubach, el diseño de vestuario de Nídia
Tusal y el espacio sonoro de Roger Giménez; completan el equipo
artístico Nuria Llunell en la caracterización y Carla Tovias en
el movimiento escénico, soberbio su trabajo.
Dejando de lado la historia que hay detrás
destacaría la creación integral de toda la obra. Maravilloso el trabajo del
coro, así como las impecables coreografías. Sublime la escena de la tormenta en
el barco así como el bautismo colectivo, sin olvidar los enfrentamientos en la
guerra.
Mención especial merece el trabajo de Judit
Neddermann, maravillosa tanto la composición musical como las distintas
coreografías que nos regala.Muy acertada la decisión de dar visibilidad
en una de las esquinas del escenario a todo su trabajo musical y de efectos
sonoros.
En cuanto al elenco lo componen Rubén Eguía,
Quim Àvila, Moha Amazian, Júlia Genís, Mamadou Diallo, Agnès Jabbour, Clara
Mingueza, Judit Neddermann e Ireneu Tranis.
Muy coral el trabajo de todos ellos destacando
especialmente Rubén Eguía como Tirant a quien tuvimos oportunidad de ver
hace un tiempo en la misma sala con la impresionante En mitad de tanto fuego
con la que obtuvo el Premio Godot.
En definitiva una de las obras del año que no
deben dejar no sólo de ver sino sobre todo de disfrutar; una pequeña joya en un pequeño recinto como se deben mostrar las cosas que
realmente tienen valor. Impresionante.