Qué harías si una noche tu madre te llama para pedirte que vayas urgentemente a su casa y al llegar te cuenta que tu padre no era tu verdadero padre. Y además que ha matado a un hombre y su cadáver está en el cuarto de baño. Este es sólo el punto de partida, o más bien la excusa para crear una de las comedias más alocadas que se pueden disfrutar en estos días en la cartelera. Ingenio, descontrol, surrealismo, humor negro, sarcasmo, crítica social, todo cabe en esta poderosa obra en la que no podrás parar de reír y de la que saldrás con alguna idea que te rondará la cabeza por mucho tiempo...
Ira es la historia de Dolores, quien en plena noche hace una llamada a Salvador su hijo. Le pide que vaya a su casa lo antes posible pues tiene algo urgente que contarle. A regañadientes se acerca, casi por compromiso, con una postura poco receptiva a lo que su madre va a contarle. El motivo no es otro que está muy nervioso porque le han ascendido en su trabajo y el día siguiente ha de dar un discurso en el nombramiento.
Cuando llega a casa de su madre, lo que esta le relata, le desquicia y le amenaza con darle una noticia que dará un enorme giro a su vida. Empieza contándole que esa tarde un señor ha intentado robarle la casa y en un arrebato de ira le ha matado con la plancha. Pero esto es sólo el principio de todo lo que tiene que confesarle esa noche. La mujer, en un "ataque de sinceridad" decide contarle un secreto que llevaba tiempo escondiendo y aprovecha el momento para decirle también que quien creía su padre durante todos estos años y ya fallecido, realmente no era su verdadero padre.
Lo que a continuación descubre Salva es que “el ladrón” era un trabajador del banco que venía a avisarla de que se había retrasado unos meses en el pago de los recibos de la hipoteca y de no ponerse al día sería desahuciada. Para complicar la historia más, resulta que Salvador es policía, concretamente antidisturbios.
Aunque en un principio ambos tienen claro cual es la solución, tampoco coinciden en la manera de llevarla a cabo. Dolores, orgullosa militante de una organización anarquista tiene claro que debe asumir las consecuencias de sus actos. Por su parte Salvador, aún poniendo en peligro su carrera, tiene claro que su madre no puede confesar, que ella no puede acabar en la cárcel o en un psiquiátrico (por lo rocambolesca que se va convirtiendo la historia).
Como indicaba, la historia se va complicando hasta el punto que madre e hijo se ven empujados a un camino sin retorno.
Producida por La Zona, la obra se trata de una comedia ligera y divertida. Una historia de suspense y humor -negro en muchos casos- que comparte protagonismo con temas muy actuales como las difíciles relaciones familiares, los problemas económicos, los desahucios, la soledad de las personas mayores. Nos hace preguntarnos que haríamos ante una situación igual, si antepondríamos nuestros intereses a los de nuestra madre. Es una pelea entre la ambición propia y la desesperación. En el que parece que la única salida posible es un camino sin retorno. Alocada y surrealista, la historia no deja de sorprendernos en ningún momento, metiéndonos en una espiral de alocadas situaciones que no tenemos ni idea de hacia donde se encamina. En esta noche todo puede pasar, y los dos protagonistas nos llevarán de la mano en su caótico camino hacia una huida hacia adelante que les pondrá al borde del precipicio.
La dramaturgia de una gran frescura y agilidad es obra de Julián Ortega que traslada a la perfección, tanto al texto como a la representación la relación con Gloria Muñoz, su madre en la vida real. Como explica Julián el autor y protagonista: “Interpretar Ira surgió del propio texto. Hay alusiones en él que, por ejemplo, hacen referencia a mi físico (había que sacarle partido a mi baja estatura). Es un texto escrito a medida para Gloria, que es mi madre, y para mí. Escribí los personajes teniendo muy en cuenta quiénes los íbamos a encarnar. Y es una alegría". Un texto delicioso que nos lleva por una sinuosa escalada de situaciones absurdas, en las que cada nueva ocurrencia de los personajes supera en "originalidad" a la anterior. Una comedia muy bien llevada, con tintes de thriller y mucho humor negro.
Dan Jemmett se encarga de la dirección. Ha dirigido algunos de los más prestigiosos teatros de Europa como El Theatre National du Chaillot, el Theatre de la Ville, o el Theatre National de l'Opera Comique, en París; el The Lyric Hammersmith y la Almeida Opera en Londres, o la Reisopera en los Países Bajos y el Teatro dell'Opera en Roma. Ya en España ha dirigido El café y El burlador de Sevilla. En el año 2002 recibió el Premio de la Crítica francesa a la Revelación Teatral y fue el primer director británico invitado a trabajar en la Comedie Française.
Notable su mano en la dirección, tanto al dar a la obra en cada momento el ritmo que necesita como en acentuar la irremediable química existente entre los actores. La meticulosa dirección de Jemmet hace que la obra no se desboque en ningún momento, pese al torbellino de situaciones absurdas que se suceden. Una prodigiosa dirección de actores, que nos presenta con absoluta precisión a dos personajes casi antagónicos, que encajan a la perfección.
Vanesa Actif, encargada tanto de la escenografía como del vestuario, hace un trabajo sobresaliente. Impecable la estructura central que conforma la obra, que va girando para convertirse en cada momento en lo que la historia necesita. Lo mismo es fachada del edificio, como coqueta cocina de la casa de Dolores o sufrido cuarto de baño. Singular la forma en que se aprovecha el escenario hasta llegar a proscenio, lugar donde a ambos lados se amontonan cubos de basura y muebles abandonados. Esta estructura de la escena hace que la historia se divida en dos planos. El primero nos muestra aquello que ocurre en la intimidad (casi a modo de confesión) del proscenio que representa al salón de la casa. En segundo término es donde se llevan a cabo todas las "conspiraciones" que madre e hijo se inventan para salir del atolladero.
Julián Ortega (también autor de la obra) interpreta a Salvador. Es actor, autor y director. Licenciado en Interpretación por la RESAD de Madrid. Ha recibido asimismo formación en Italia con maestros de Commedia del´larte como Antonio Fava, también con especialistas en teatro Isabelino como Will Keen, con Vicente Fuentes, Mario Gas, José Pedro Carrión, Osvaldo Santoro, Jorge Marrale y John Strasberg, entre otros.
Es autor además de Ira, de La boca de la carpa da al estanque, Buceando en el tintero, Intercambio o El príncipe en su tumba. Como actor de teatro ha participado en Reinar después de Morir, Mestiza, Zenit, Bodas de sangre, Un bar bajo la arena, Perdona si te mato, amor, Regreso al hogar, La ceremonia de la confusión o La tigresa y otras historias. Como director es responsable de Las criadillas de Genet, El Caballero de Olmedo y El intercambio.
En su papel de Salvador nos presenta a un ansioso policía, que en la noche previa al discurso de su vida su madre le plantea una situación que nunca habría imaginado. Su personaje va creciendo conforme avanza la obra y se descontrola la situación. Una correcta interpretación que queda algo eclipsada por la descomunal actuación de Gloria Muñoz.
Gloria Muñoz es una actriz con una brillante y dilatada carrera en cine, televisión y teatro. En cine ha participado en películas como El Bola, La flor de mi secreto, Deseo o más recientemente en Mi querida cofradía, bajo la dirección de Almodóvar, Miguel Albadalejo, Achero Mañas o Jose Luis García Sánchez. En televisión ha participado entre otras series en Alma mater, La que se avecina, Policías o Gran Reserva. En teatro, ha sido dirigida entre otros por Pablo Messiez, Alfredo Sanzol, José Luis Gómez o Mario Gas. Ha obtenido dos premios a la Mejor Interpretación Femenina de teatro de la Unión de Actores por Las bicicletas son para el verano y Todos eran mis hijos. En 2008 recibió el Premio Max a la Mejor Actriz de Reparto por Homebody/Kabul.
Con este nuevo papel podría perfectamente incrementar su larga lista de premios, ya que hace una brutal demostración de sus grandes dotes como actriz. Una descomunal interpretación cargada de fuerza, de personalidad, de ingenio, de intenciones. La actriz se hace con las riendas de la obra desde el principio y se convierte en uno de los mayores alicientes de todo el montaje, con un personaje que se muestra adorable pese a sus "momentos de ira". Una delicia ver a Gloria Muñoz en escena, toda una lección de como se debe hacer comedia sin caer en la exageración ni la mueca fácil.
En resumen una obra tan divertida como recomendable para pasar un buen rato y ponernos por un momento en la piel de ese hijo o esa madre y como actuaríamos ante una situación tan surrealista que puede llegar a ser posible. Pero sobre todo la obra nos muestra a una de nuestras grandes actrices en uno de sus papeles más redondos. Una gran mujer de la escena en absoluto estado de gracia. VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.
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Teatro: Teatro Español.
Dirección: Plaza Santa Ana, C. del Príncipe, 25.
Fechas: Del 31 de marzo al 18 de abril. De martes a domingo a las 19 horas.
Entradas: De 6 a 22 € en teatroespanol. Programa de mano.
Ficha artística y técnica
Texto: Julián Ortega.
Dirección: Dan Jemmett.
Reparto: Gloria Muñoz y Julián Ortega.
Diseño de iluminación: Felipe Ramos.
Escenografía y vestuario: Vanessa Actif.
Ayudante de dirección: Christopher Knighton.
Fotografía: Javier Naval.
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