Teatro: Juana de Arco. Nave 10 Matadero

Llegó el día. Se inaugura la temporada de Nave 10 Matadero, el espacio que el ayuntamiento de Madrid ha reprogramado para dedicarlo a la creación dramática contemporánea (desvinculándola de la otra nave, de la que aún no sabemos cual será su programación ni contenido).  Bajo la dirección de Luis Luque, este nuevo espacio albergará 12 espectáculos (incluyendo 7 estrenos absolutos) que podremos ver a partir del pasado Jueves 3 Octubre, con el estreno absoluto de "Juana de Arco". Y que mejor manera de comenzar esta andadura en la sala Max Aub que con un espectáculo lleno de color, de música electrónica, de poesía y de emoción, de la mano de la directora Marta Pazos.





El proyecto de Nave 10 Matadero contará cada temporada con un director artístico invitado, que además de dirigir uno de los estrenos de la temporada, dará un taller sobre artes escénicas y se encargará del acompañamiento de un artista joven. Para este primer año, Luis Luque ha elegido a Marta Pazos, una de las artistas más singulares de la escena nacional. A lo largo del año, además del estreno que aquí nos ocupa, Marta impartirá un taller sobre los procesos creativos (del 27 al 30 de Mayo) y estará junto a la joven directora Beatriz Jaén como asesora artística en la pieza que esta estrenará a final de la temporada, "Mihura, el último coreógrafo" (del 22 de Mayo al 15 de Junio).




La primera producción de Nave 10 Matadero es una reinterpretación de la leyenda, tantas veces contada, de Juana de Arco, personaje misterioso y poliédrico donde los haya, desde una perspectiva contemporánea y feminista. Un montaje colorista y poético, de una belleza visual impactante, una de las señas de identidad de su creadora, Marta Pazos. Una obra que se plantea como una epopeya teatral, llena de mística y que busca enseñarnos todas las caras ocultas de un personaje tan inabarcable como es Juana de Arco, alejándose del relato histórico oficial y buscando los matices mucho más íntimos y que han seducido durante siglos, llegando en muy diversas versiones hasta nuestros días. Un montaje que nos muestra a la Doncella de Orleans, como era conocida, como una figura de grandes convicciones, que resiste ante la adversidad, valiente y capaz de enfrentarse a todo por aquello que considera justo.




Esta hermosa y poderosa obra es una creación de Marta Pazos y el texto de Sergio Martínez Vila, que han buscado la imagen de Juana de Arco como "una luz desafiante y una llama de amor viva en un periodo de oscuridad aplastante". La propia directora cuenta que "Juana de Arco es pura cultura pop, en ella se conectan lo divino y lo humano a través del hecho artístico. Esta es una Juana que no responde al relato que ha llegado hasta nuestros días. Su historia está enmarcada en una guerra, pero me interesa enfocar a una Juana plena de luz en un período oscuro. Me atrae cuestionar su liderazgo, un tema que conecta directamente con la actualidad, porque en este momento existen muchas Juanas de Arco, desde la ecología a la política". Un texto que nos muestra el misticismo y las fuertes convicciones de esta joven, con un poderío incuestionable, capaz de conseguir que el rey le conceda un ejército de tres mil hombres con apenas diecisiete años. Este magnetismo impregna toda la obra, que nos muestra "umbrales que conecten lo divino y lo terrenal para poder quedarte en espacios inter, en espacios excéntricos".

Con este halo de misticismo, la obra transcurre en la ambigüedad de este mito, una mujer que tiene que vestirse de hombre para conseguir sus propósitos, acusada de travestismo por ello (imponente la escena del juicio). "Lo que creo que vincula a Juana con el hoy es que ella tiene que dejar de ser Juana para que Dios entre dentro de ella. Dios o lo absoluto, llámalo como quieras. Y en ese proceso de desindividualización sucede algo que creo que es netamente contemporáneo y ahora mismo nos está comprometiendo mucho, que es la desintegración del yo, la desintegración de esta certeza a la que nos aferrábamos y que es nuestra construcción identitaria, pero que ahora es cada vez un fenómeno más complejo y más fragmentario", explica Sergio Martínez Vila.




Si algo caracteriza los montajes de Marta Pazos es el color. En esta ocasión elige el rojo (color que ya predominaba en la pieza "Dique" que se representó este verano en el astillero de Ferrol), color de la sangre y el fuego, dos de los elementos que marcan la historia de Juana de Arco. Esa contundencia cromática ya nos hipnotizó en trabajos anteriores, nos ha llevado al rosa de "Safo", el naranja de su "Comedia sin título", el rojo y azul de "Twist" o el verde en su ópera "Alexina B.". Esta apuesta ha marcado su meteórica y poliédrica carrera en solitario, tras disolver en 2022 la compañía Voadora (creada junto a Hugo Torres y Jose Díez), con la que trabajó durante quince años. Este año, podremos disfrutar también de su versión de "Orlando" de Virginia Woolf, en el Centro Dramático Nacional.

Todas las obras de la directora gallega se plantean desde los márgenes, desde visiones muy particulares y propuestas arriesgadas, que se alejan de lo convencional. En esta ocasión, Pazos se aleja del mito para centrarse en su espiritualidad, pero también en la juventud y en la libertad que arrastra a Juana a saltarse todos los protocolos establecidos, para vivir de una forma diferente, arriesgada, plantando cara a una sociedad con la que no comulga. De este modo, la ambigüedad del personaje plasma "la historia de personas no privilegiadas por la Historia debido a su identidad de género, que no han sido dueñas, que no hemos sido dueñas, de contar nuestra historia, sino que la han escrito por nosotras". Un punto de partida sobre el que construir una pieza poderosa en lo visual y contundente en su contenido.




La historia de Juana de Arco, tantas veces contada, se ha convertido en mito. Esta visión de la doncella de Orleans transita entre la historia real conocida y la leyenda. Ella es una joven, que con apenas diecisiete años vive un hecho que cambiará para siempre su vida, un contacto con algo divino que ni ella sabe explicar con exactitud. La joven acude a la corte del Delfín Carlos VII de Francia, con la intención de que ponga bajo su cargo a todo un ejército. Juana consigue convencerle y se convierte en todo un símbolo, tras levantar el asedio inglés a la ciudad de Orleans. Se convierte en una gran líder, tanto para sus soldados como para el pueblo francés. Pero lo que le dicta su espíritu, libre y sin ataduras, la llevan a una espiral de infortunios y derrotas que la llevaran de la gloria a la cárcel y al posterior juicio por herejía.




En esta propuesta escénica, Marta Pazos decide que el elenco esté formado íntegramente por actrices, las cuales aparecerán vestidas de hombres, para enfatizar el punto de vista desde el que quiere abordar la historia. Esta versión huye de la narrativa convencional, para profundizar en la personalidad tan compleja de Juana, que aseguraba que hablaba con Dios y era quien le guiaba en su misión de capitanear las tropas francesas en la batalla. La pieza nos muestra la subida a los altares y la caída en desgracia de la joven, desde la tensión que ella misma provoca por sus fuertes convicciones y su profunda espiritualidad, que le llevan a proclamarse la voz de Dios, lo que la lleva a la hoguera al ser condenada de herejía. En esta propuesta, se nos muestra una Juana vista con un enfoque más moderno, centrando la historia en esa conexión con lo divino y su papel como líder espiritual y militar.



Todo esto lo veremos en escena con un elenco formado por siete actrices increíbles, capaces de hipnotizarnos con las bellas coreografías de Belén Martí Lluch, de conmovernos y emocionarnos con un texto poético en el que lo real se mezcla con lo místico. Ellas son Joana Vilapuig, encargada de meterse en la piel de Juana de Arco, Georgina Amorós, Katalin Arana, Macarena García, Lucía Juárez, Bea de Paz y Ana Polvorosa. La obra comienza con una escena de casi diez minutos que, tras unos minutos de tenso silencio, convierte a las actrices en fuego, ellas con sus gasas transparentes de color rojo, con una poderosa danza, "como siete emanaciones del espíritu del fuego. Celebran su fuerza, su clarividencia, su infinitud". 

Tras eso, la secuencia de escenas nos llevará por momentos épicos, secuencias de una belleza descomunal, con las actrices luchando, cambiando continuamente de personaje, realizando un fabuloso trabajo de elenco en el que cada una de ellas nos regala momentos para el recuerdo. Desde las batallas al juicio a Juana, desde la conversación con el delfín de Francia a sus momentos místicos, con momentos musicales y coreografías de una gran belleza. Todo ello con la destreza de un elenco portentoso, que se deja llevar por la música electrónica, que sabe impregnar a cada escena el dramatismo y la energía necesarios para que la obra se mantenga en un continuo flujo de emociones.



Uno de los elementos más reseñables de los montajes de Pazos es la escenografía, creada siempre desde una paleta de colores muy llamativa (como ya comentamos anteriormente). En esta ocasión elige un espacio escénico panorámico (estrecho y muy largo) que se inspira, según cuenta la directora, en el cinemascope y creando un movimiento continuo en el que las actrices entran y salen por un espacio delimitado por grandes telones borgoña que lo hacen casi infinito con sus continuas modificaciones. La escenografía creada por Max Glaenzel está "conectado con el fuego y con la percepción de ese fuego, ese estado de contemplación que me permite captar lo sublime y estar en contacto con lo divino" en palabras de la directora gallega. Todo adquiere una épica mayor con la contundente y sugerente música electrónica creada por Hugo Torres. Para completar la composición escénica tenemos la cuidada y cálida iluminación de Nuno Meira, que da un punto aún más onírico al montaje. Para terminar, no podemos dejar de hablar del diseño de vestuario de Leandro Cano, que va desde los rotundos trajes de la inquisición a los transparentes vestidos de las actrices en su escena inicial, en un trabajo tan meticuloso como certero.


En definitiva, estamos ante un montaje bello, demoledor, cargado de fuerza en la ejecución y de emoción en su contenido. Una historia que se mueve entre lo real y lo onírico, un mito tratado desde una perspectiva muy diferente a la que nos habían contado en otras ocasiones. Y todo esto, teñido con la paleta de colores vivos que caracteriza a todos los montajes de Marta Pazos. Un montaje visualmente portentoso, en el que el elenco funciona a la perfección, con unas sublimes coreografías. Un gran estreno para la nueva Nave 10 Matadero, de la que esperamos grandes montajes en esta temporada.

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Teatro: Nave 10 Matadero
Dirección: Paseo de la Chopera 14.
Fechas: Del 3 de Octubre al 3 de Noviembre. De Martes a Domingo a las 19:30. 12 de Octubre: 18:00
Duración: 1 hora 40 minutos.
Entradas: Desde 15,75€ en Nave 10.


Ficha artística

AUTORÍA
Sergio Martínez Vila y Marta Pazos
TEXTO
Sergio Martínez Vila
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN
Marta Pazos
CON
Georgina Amorós, Katalin Arana, Macarena García, Lucía Juárez, Bea de Paz, Ana Polvorosa y Joana Vilapuig
Coreografía
Belén Martí Lluch
DISEÑO DE ESPACIO ESCÉNICO
Max Glaenzel
Diseño de iluminación
Nuno Meira
Diseño de vestuario
Leandro Cano
Diseño de SONIDO Y COMPOSICIÓN DE MÚSICA ORIGINAL
Hugo Torres
AYUDANTE DE DIRECCIÓN
Emilio Manzano
ASISTENTE ARTÍSTICO
Víctor Barahona
Una producción de
Nave 10 Matadero


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