Teatro: Marat - Sade. Naves del Español.

Peter Weiss escribió en 1963 Persecución y asesinato de Jean Paul Marat representados por el grupo teatral de la casa de salud de Charenton bajo la dirección del señor de Sade, cuyo título abreviado Marat-Sade llega a las Naves del Español bajo la dirección de Luis Luque. Estamos ante una de las obras cumbre del teatro europeo del siglo XX, una pieza de teatro dentro del teatro en el que se nos plantearan muchas de las cuestiones que sobrevolaron el ideario del Marqués de Sade, protagonista de la pieza, en su intenso debate filosófico con el histórico revolucionario Jean Paul Marat.




La obra se desarrolla en el sanatorio de Charenton (un hospital de enfermos mentales) el 13 de julio de 1808, donde un grupo de pacientes representa bajo la dirección del Marqués de Sade una función de teatro, el asesinato del líder de la Revolución Francesa Jean Paul Marat en una bañera por parte de Charlotte Corday. El texto nos plantea el debate acerca de las relaciones sociales, entre los políticos, nos habla de sexualidad, de violencia, un amalgama de temas comprometidos con puntos de vista muy distintos.

    

En el texto original Peter Weiss mezcló realidad -Sade durante el tiempo que estuvo ingresado en Charenton organizaba representaciones teatrales-  y ficción -aunque tanto Sade como Marat estuvieron en el sanatorio nunca llegaron a coincidir, por lo que se los diálogos entre ambos no son reales.

Debido entre otras cosas a la extrema pobreza de las clases más desfavorecidas y el hambre que pasaban se produjo la Revolución francesa, inspirada por los principios de la libertad y la igualdad, pero esos grandes ideales acabaron llevando a una contrarrevolución y varios golpes de Estado en uno de los cuales Napoleón se hizo con el poder.

 


Como decíamos se trata de una obra de teatro dentro de otra, donde el epicentro gira en torno a la defensa que tanto Marat como Sade hacen de sus ideales revolucionarios y de cuales son los pasos que cada uno entiende que se tienen que dar en el futuro. Pero se trata de algo más que la lucha entre los principios de dos personas, es la pugna entre Marat entregado en cuerpo y alma a su causa, a sus ideales, a la acción política, a procurar por todos los medios el bienestar de su pueblo y el Marqués de Sade quien desde una posición más individualista plantea a Marat muchas de las contradicciones con las que nos enfrentamos en nuestro día a día. ¿Qué hemos de hacer para cambiar las cosas?, ¿Debemos pasar a la acción o dejar que las cosas sucedan solas?, ¿Está la violencia justificada?.

En definitiva se trata de una batalla entre dos formas de entender y vivir la vida, la colectividad frente al individualismo, la virtuosidad y la integridad frente al hedonismo. Temas universales que se podrían plantear en la actualidad (o en cualquier momento de la Historia) sin que variasen mucho las dos posturas. Las posturas que ambos defienden con mayor o menor vehemencia, tendrán sus detractores y sus seguidores, pero ninguno de los dos parece tener la intención de varias un ápice su postura.



A través de los ojos de Sade, de Marat, de Charlotte (su asesina), de Coulmier (el agente encargado de que la obra no se salga de unos límites), de Jacques Roux (el cura libertario), vemos los distintos posicionamientos que se tenían frente a la revolución y sus objetivos. Se trata de una representación redonda, una clase de teatro, con música, canciones, coreografías todo perfectamente ensamblado y que tiene como resultado una obra muy compacta.



El texto es la traducción del original realizado en su día por Miguel Sáenz para la función que hizo Miguel Narros en 1994. La dirección corre a cargo de Luis Luque (que ya nos sorprendió esta misma temporada con la versión de "Las criadas") que consigue darle a la obra la mezcla justa de reflexión y diversión, un trabajo de dirección complejo por la amplitud del elenco y por la variedad de coreografías que se llevan a cabo. Para Luque esta obra "es una gran bufonada sobre la contradicción humana que señala los vicios del ser humano. Esta es una obra completamente filosófica". Esta nueva visión de la obra es "un montaje sorprendente y revelador ubicado en un espacio poético que ocurre en un lugar del no tiempo". 




En cuanto al elenco -como decía compuesto por trece actores- realizan una actuación coral, con un resultado sobresaliente a pesar de lo complejo al ser tantos, en algunos momentos con un ritmo frenético y todo ello completado con las mencionadas coreografías. Difícil destacar a alguno sobre los demás pues como digo cada uno ejecuta su papel con maestría. Si acaso mencionar a Juan Codina (en el papel de Marat) enorme su interpretación a pesar de la limitación que supone pasar más de la mitad de la obra en la famosa bañera. Impecable su alegato ante la Asamblea Nacional, uno de los momentos clave del montaje. 

También queremos destacar Nacho Fresneda como Sade con una participación esencial en la obra y una actuación notable. El duelo interpretativo que nos regalan ambos actores es, además del eje principal de la obra, una auténtica batalla entre dos actores veteranos que saben en todo momento el tono y la intensidad que necesita cada escena. Completan el reparto Francisco Boira, Emilio Buale, Itziar Castro, María Lobillo, Juando Martínez, Eduardo Mayo, Adrián Navas, Pepe Ocio, Andrés Picazo, Julia Rubio y Ana Rujas, todos ellos en un trabajo de elenco contundente y meticulosamente ejecutado.

Un texto que "Peter Weiss lo define como un drama musical que bebe de las vanguardias artísticas de principios de siglo, de un teatro social y contestatario. Yo he querido trasladar eso a nuestros días, buscar los rapsodas contemporáneos, los bufones de hoy y la música que nace del pueblo", señala el propio director.

Mención especial al trabajo desarrollado por Sharon Friedman con unas coreografías espectaculares donde destaca especialmente la escena con la bandera francesa, escena de una gran dificultad pero de enorme dinamismo y muy visual. 

 


Al llegar nos sorprende encontrarnos con la grada principal y dos laterales como para envolverlo todo y a todos. El espacio escénico diseñado por Mónica Boromello es un misterio que poco a poco se nos va mostrando. En el escenario un gran monolito donde se van proyectando imágenes tanto del proceso creativo como de los distintos acontecimientos  ya sean de la propia revolución como de hechos posteriores. Esta contundente e impactante videoescena ha sido creada por Bruno Praena, y es uno de los elementos más significativos del montaje. El diseño de iluminación corre a cargo de David Hortelano, que con un meticuloso trabajo mide con gran precisión la distinta intensidad de cada una de las escenas. La música original de Luis Miguel Cobo lo envuelve todo, trasladándonos a ambientes de lo más variado, pasando del drama a lo bélico con gran efectividad. Por último debemos hablar del cuidado diseño de vestuario de Raúl Marina, que desde la sencillez consigue que los personajes entren de lleno en la época que les toca vivir.




Una obra de teatro, donde se mezcla con el musical, las canciones desde lo más tradicional hasta el rap, en definitiva un torbellino de emociones que no nos dejarán indiferentes y que no debemos dejar de ver. Un texto sublime en una versión contundente, que enfatiza todo aquello que ponía en valor la pieza original, demostrándonos una vez más que hay temas que perduran en la historia, disyuntivas que siguen siendo motivo de debate en nuestros días. VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.
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Teatro: Naves del Español
Dirección: Plaza de Legazpi 8.
Fechas: Del 19 de Enero al 14 de Febrero. De Martes a Domingo 19:00.
Entradas: Desde 15,00€ en teatroespanol.

Ficha artística:

Dirección: Luis Luque. 

Texto: Peter Weiss.

Traducción: Miguel Sáenz.

Reparto: Francisco Boira, Emilio Buale, Itziar Castro, Juan Codina, Nacho Fresneda, María Lobillo, Juando Martínez, Eduardo Mayo, Adrián Navas, Pepe Ocio, Andrés Picazo, Julia Rubio y Ana Rujas 

Coreografía: Sharon Fridman

Diseño de espacio escénico: Monica Boromello

Composición música original: Luis Miguel Cobo

Diseño de iluminación: David Hortelano

Diseño de videoescena: Bruno Praena

Diseño de vestuario: Raúl Marina

Ayudante de vestuario: Manuel Molina

Ayudante de dirección: Álvaro Lizarrondo


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