La singularidad nunca debería avergonzarnos, sino todo lo contrario. Nunca la diversidad fue tan visible como en nuestros días (aunque algunos quieran hacernos involucionar) y por eso debemos hacer gala de ello, potenciar la singularidad y no esconderla, y mucho menos avergonzarnos de ella. Las personas deberían más valiosas cuanto más diferentes y no obligarlas a cumplir unos cánones establecidos para permanecer dentro de lo establecido y pasar desapercibido...
QUE ABURRIDO!!!!