6:30 de la mañana, todas nos levantamos por
la mañana tremendamente resultonas, y con un carisma y una alegría por vivir
nuevas aventuras que te caes de la silla. Somos optimistas, simpáticas y bien,
bien educaditas. Te miras, bailas un poco frente al espejo, hablas un poco con
la que está en el espejo.
Pero es que el reloj va contando los minutos
y aun no te has vestido y se va el tren, que luego tienes que hacer un
trasbordo y si te toca el de Diego de León son como tres.
Pero
tu puedes con todo eso y mucho más y coges tu maletita, con tus documentos, y
te echas a la calle. Y te empujan y vas apretujada en un vagón y en el otro
también.
Pero, ¿qué es eso para ti? Nada, eso no es
nada, porque tu has nacido para esto y mucho más. Aventura tras aventura estás
viviendo desde que te has levantado a las 6:30 con un pipipipi, y llegas a tu
oficina que es exactamente igual que la
de cualquiera, una oficina en la que no resalte la mesa gris, con la silla gris
oscura, no vaya a ser que nos deslumbremos con tanto color.
Estás animada, mucho, porque en el horizonte tienes una meta nada desdeñable, colocar tus documentitos, tus
papelitos en la mesa, teclear , teclear, llamar por teléfono, interactuar con
el que está al otro lado del aparato.
Y esto un día y otro y el siguiente y el
juego empieza a ser complejo. Un juego lleno de normas y personas que dicen no
a todo, a esto y a lo otro. Y claro, si elijes o mejor dicho, te ha tocado el rol
en el juego de sí a todo, estas perdida, porque no te diviertes y hablar jugando cuando todo el mundo habla en serio es un rollazo.
Es decir, que tu sí, viene a ser la negación
de ti misma, la aceptación del resto de noes que te limitan y no te dejan ni
ser , ni disfrutar , ni vivir.
Ahora sí, de esto va "Adiós, Paca", una
producción de Farsantas dirigida por Eva Carrera e interpretada por Irene
Quintana.
Eva Carrera e Irene Quintana construyen un
texto que nos interpela a todos y todas la currantes y currantas que nos
levantamos cada mañana y que hemos
rutinizado la desidia como forma de vida. Que vivimos para trabajar y no
trabajamos para vivir porque tenemos que pluriemplearnos porque el sueldo no
llega. Un alegato a levantar, la voz, la alegría o por lo menos a aprender a
poner límites y decir sí o no cuando corresponda para respetarnos y respetar al
resto.
Un texto con múltiples aristas que hace
reflexionar sobre el sistema de trabajo, el consumismo, y la propia vida.
Eva Carrera dirige el texto dotándolo de la
energía clown que va in crescendo, o de crescendo según le viene al clown, porque
no le digas tu a Paquita como tiene que comportarse cuando suena Tina Turner.
El juego con la jerigonza, los idiomas inventados, la conversación con el que
intuyes y hace desbarrar la imaginación del espectador. La apertura del camino
a ser un poco libre al menos por un rato y permitir un espacio de
entretenimiento y reflexión es la composición que nos regalan Carrera y
Quintana.
Irene Quintana interpreta a Paca, con ella
disfrutaremos del teatro gestual, el teatro de objetos, pero sobre todo de la
vulnerabilidad del que tiene la valentía de ponerse la máscara más pequeña del
mundo para mostrar el ser más intimo de uno. Irene, energíca, disfrutona en escena. Paca nos interpela de modo constante, nos hace
mirar a la cara de un subtexto de calado vital triste, pero con todo no
tendremos por más que reírnos, porque lo hace desde la honestidad mas absoluta.
Tintes de Luis Bermejo en la utilización de la palabra, pero sobre todo, la esencia de Pepe Viyuela pululaba en escena, una forma de entender el universo del payaso. Y es que cualquier cosita es todo un
acontecimiento.
No se, si Paquita tiene suerte , es de las
pocas que percibe que algo en el sistema no anda bien, que las cosas tienen
matices. Con ells, un teclado puede ser un piano o cualquier cosa que venga a la
imaginación. Nos muestra que es grandioso si lo crees de verdad emocionarse y vivir como un
niño las cosas pequeñas, los pequeños triunfos y los grandes fracasos que a uno
le hacen grande. No se , si Paquita tiene suerte en saber que hay más de lo que
otros ven.
Quizá sea preferible aquellos que de nada se dan cuenta, que pasan
los días imbuidos en la rutina sin que nada parezca afectarles. Son reflexiones
que les vendrán a la cabeza cuando vean a Paca en su día a día que seguro de
algo les suena porque estoy segura que se parece al suyo.
Y es que ya verán, que Paca es rebelde como
ella sola, un poquito cariñosita también y fuerte y valiente, pero es que no la
dejan, no la dejan. Irene Quintana como Paca lo muestra a la perfección, ella
va cambiando, levemente su gesto, en su postura corporal. El sistema, los
desplantes, el cansancio emocional, poquito a poco la va afectando el ánimo y
la mirada. El personaje que ha creado
parece ir desapareciendo y parece fundirse con la persona diciendo basta.
Hasta que un día… bueno, esto como siempre no
se lo vamos a contar porque les animamos que vayan a pasar un rato con un
personaje entrañable y rebelde, que nos recuerda que la alegría es el mayor
acto de rebeldía… hasta que…yo es que le hubiera dado otro final, pero para
gustos colores, no como los de la oficina.
Un decorado que como buen clown, comienza
siendo una cosa o dos y acaban siendo millones que no hay sitio donde poner
nada y se queda todo al retortero. El vestuario, pues de oficina, arregladito
pero informal. La composición musical original corre a cargo de Milo Giraldo y el diseño de
ilumicación es trabajo de Yolanda Berasategui que será guia en los
diferentes trabajos y en los diferentes trayectos por los que transita Paca.
Trabajo de fotografía de la mano de Dani Jaén y Lucía Sánchez
Les puedo adelantar que Paca nos deja una
nota escrita, una pregunta. Yo tengo una respuesta, que es para mí la moraleja
de “Los Despiertos” de Jose Troncoso.
Rebeldemente recomendable.
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Adíos, Paca.Teatro: Teatro Lara – Sala Lola Menbrives
Dirección: C/Corredera Baja de San Pablo
Fechas: A partir de Marzo 2024.
Horario: Martes a las 19:30h.
Duración aprox: 75 Minutos
Entradas: Desde 12€ en teatrolara, atrapalo