Según la RAE, pánico es “dicho del miedo o terror: extremado y muy
intenso y que a menudo es colectivo o contagioso”. Pánico fue lo que sentimos
en algún momento al ir hacia el teatro con la manta de agua que estaba cayendo.
Teatro: La vida es una broma. Teatro Lara
La vida es lo único que tenemos, pero la idea de ponerle fecha al final es algo terrible. La enfermedad que nos pone, de un día para otro, al borde del abismo. La de cosas que nos quedan por hacer, la de tiempo que hemos perdido pensando que ya habría tiempo para hacerlo, lo necesario que de repente es el disfrutar de cada momento, el no dejar nada para mañana, porque quizás sea demasiado tarde. La sensación de que a nosotros no nos puede pasar, que tenemos tiempo para hacerlo todo, se desvanece en el mismo instante que te dicen que tienes cáncer, que todo el tiempo que creías tener se te escurre entre los dedos y no lo puedes agarrar.
Teatro: Lo que mamá nos ha dejado. Teatro Lara
La pérdida de un ser querido siempre nos marca, desestabiliza el entorno en el que vivimos, y consigue cambiar nuestra vida para siempre. La ausencia de una madre, un padre bohemio, tres hijas muy diferentes y con mucho carácter, una situación muy complicada de la que es complicado que salga todo bien. Las familias son cada una un mundo, con sus peculiaridades, sus manías y sus rarezas, pero es siempre el refugio al que volver cuando la vida nos golpea. Un oasis al que regresar cuando vienen mal dadas, porque aunque las relaciones familiares sean muchas veces difíciles, como en casa no está en ninguna parte.
Teatro: La importancia de llamarse Ernesto. Teatro Lara
Hay clásicos que permanecen en nuestra memoria y ante cada nueva versión se nos entrelaza la curiosidad y el miedo, las ganas y la desidia, el interés por algo nuevo frente a la pereza por algo de sobra conocido. Pero con clásicos como este, en el que el humor y el ingenio lo pueden todo, cada nueva interpretación en un soplo de aire fresco, una nueva perspectiva sobre un texto brillante, lleno de pequeños momentos inolvidables que no podemos dejar pasar.
Teatro: La verbena de la Paloma. Teatro Reina Victoria
La venganza de Petra. Teatro Amaya
¡Maldita sea, qué despertadorcito! Un maravilloso dislate está sucediendo
en Madrid, la comedia castiza, que satiriza e ironiza con ese madrileñismo que
se vuelve cómico, un Madrid costumbrista, de pueblo llano al que echamos de
menos cada vez mas en la escena madrileña.