La espuma de los días en Teatro Español


Huele a sauna, a baño turco en El Español. A ambiente cargado de vapor, de humo, de sudor, de gotas, de espuma… Nos reciben dos actrices en bañador, tiradas en la imaginaria playa al imaginario sol, en una noche de lluvia y viento. Allí están, impasibles ante una abarrotada sala. En la improvisada playa de arena fina en el corazón de Madrid. Una caracola nos da la bienvenida. Así nos recibe La espuma de los días, adaptación teatral de la obra de Boris Vian realizada por María Velasco.

Teatro: Guardo la llave. Teatro Lagrada

Todas las guerras dejan siempre muchos más vencidos que vencedores. La mayoría de los afectados por cualquier conflicto bélico tardan en recuperarse, si es que alguna vez lo consiguen. Un sinsentido que transforma para siempre las vidas de las personas, que las obliga a dejarlo todo para huir de sus casas a otros países, o a los que se quedan les ofrece un futuro negro, marcado por el aislamiento, la pobreza y el dolor.


  


Yerma en Espacio Guindalera


El derecho de la mujer a decidir, sobre sus vidas y sus cuerpos. Que esto genere hoy en día un tema de debate parece del todo agraviante, pero lo cierto es que seguimos en la misma tesitura que hace años, en la misma lucha y conquistando derechos a pequeños pasos. 
El Espacio de creación teatral Guindalera ha hilado esta pieza con mimo, con la sororidad y la empatía de los que saben que el cambio se produce en común, sin diferencias, ni desigualdades, desde abajo, con el debate, el análisis, la contraposición de ideas y la creatividad de aquellos que tienen alas para imaginar una nueva concepción de las cosas, del arte y la cultura.
Con Espacio Guindalera siempre viene a la cabeza aquello que decía Eduardo Galeano y ahora que finaliza un ciclo me atrevo a citar “Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo” y es este un espacio honesto, fiel a una idea y a una forma íntegra de hacer las cosas.
En este caso, han abierto al público en funciones previas el estado del montaje teatral del 26 al 30 de octubre. Pero les iremos recordando que es el 29 de noviembre el estreno oficial.

Juan Pastor versiona y dirige Yerma, una de las tres obras de la trilogía lorquiana que se desarrollan en un entorno rural. Parece haberla interiorizado de tal modo que nos invita a transitar con él las aguas mas nebulosas del ser humano, ha sabido acercar a la actualidad al Lorca mas íntimo. Un pasado tan cercano que casi hemos podido tocar con las manos y es que hablar de este director son palabras mayores toda una vida dedicada al arte con una integridad sobresaliente y fuera de lo común, llevando a escena a Calderón de la Barca pero también a Shakespeare o Brech, han sido tantos los retos. Teatros grandes o pequeños vistos como espacios desde los que construir, desde los que hablar con el público de manera sensata e inteligente, tratando a las personas como seres críticos, al equipo y al patio de butacas. Algo tan loable y admirable que no tenemos por mas que agradecer, ya que todo esto de lo que les hablamos no es la pauta habitual en estos días de ruido. 
Por nuestra parte, en este caso no hemos tratado de ver las diferencias o todo aquello que hemos conquistado, se trata de algo mas profundo, de elementos tan arraigados a nuestra cultura que esta Yerma, se sitúa en un pueblo de cualquier parte de España o del mundo...porque Yerma es mucho mas que una mujer que no puede servir a su función reproductora. Yerma son las lágrimas de aquellas mujeres a las que han obligado a ser madres, Yerma es la presión social, es la satanización del deseo sexual de la mujer, Yerma son los roles de género, Yerma es el grito de cualquier mujer por no poder ser ella misma y porque ser madre, se constata indefectiblemente en el deseo de querer serlo.
 Se lo contamos:
No hay cosa más hermosa en este mundo que proporcionar vida. La maternidad es algo maravilloso. Pero más allá del puro instinto, ¿existen condicionamientos sociales para desempeñar ese rol, el de madre, en nuestra sociedad actual? En la sociedad de nuestros abuelos, la mujer casada debía ser madre por imperativo social. Su rol estaba totalmente restringido a esa función y las relaciones entre géneros era consecuencia de esa función. Su única obligación social era tener hijos y cuidarlos. Yerma acepta esas normas, pero sufre sus consecuencias. ¿Parte de nuestra sociedad está condicionada por aquél tiempo? ¿Imperativo social, instinto? . Son las preguntas que se hace Pastor al afrontar esta obra, respetando palabra por palabra el texto original, pero planteándolo desde un punto de vista del todo actual
Pastor se acompaña de un elenco que brilla en escena, una sublime interpretación nacida del trabajo y el análisis del texto y del contexto. Actores y actrices que hacen suyo cada personaje que representan, con la mirada puesta en el pasado y el pensamiento en el futuro. María Pastor interpreta a Yerma, la actriz se mueve en escena a menudo asustada, abnegada, rebelde, con rabia, odio y desdén a la vez, en definitiva con la fuerza que se rebela contra una condición impuesta, con el que desea el cambio de lo imposible y en imposible queda. Una meritoria interpretación con cambios de registro que nos mantendrán expectantes en cada paso, en su relación con cada persona con la que se va topando. Su mirada desoladora, una coreografía desgarradora que pareciera camino de la muerte del alma y las entrañas, es como si al finalizar la función hubiésemos conocido a una Yerma joven y con ilusiones, a ver a una anciana que se quiere dejar morir. Con su físico nos venía a la cabeza constante La soledad de Edvard Munch, y  mientras tanto Saturno devorando a su hijo de Goya cuando su dolor se iba haciendo mas nuestro.
Juan, un marido preso también en una cárcel de roles, interpretado por José Carrasco, no quiere a su esposa o la quiere a su manera quizá, como aquel hombre rudo, de campo , que no tiene por mas que proveer de lo mejor que tiene a su mujer, en definitiva alimento y casa. Carrasco representa a la perfección a ese hombre de talante impertérrito, sin muestras de afecto, dolor o empatía, un alma que pareciera hierática y que nos hará empatizar mas si cabe con Yerma.   José Bustos ayudante de dirección, a su vez interpreta a Víctor, el foco de las pocas pasiones sexuales que le quedan a Yerma, pero que nunca concluirán en nada, valores sociales están por encima de su deseo, el actor se mueve correcto en escena en un necesario y generoso segundo plano en sus conversaciones con Yerma, un equilibrio sensato frente a las frustraciones de ella.
Alicia González, Raquel Pardos y Marina Andina darán vida a las tres mujeres que forman parte de la vida de Yerma y con las que se irá encontrando a lo largo de su historia, cotillas, alcahuetas, curanderas, meticonas,  maravillosas en un todo corifeo que dará solidez al papel protagonista acompañándola en cada cambio de registro haciendo a Pastor cada vez mas grande y a Yerma, cada vez mas sola, cada vez mas nada. Una coreografía de movimientos, donde la energía se mueve constante, convirtiendo a Yerma en un vórtice mas que en una interlocutora, las tres actrices transmiten en el hecho teatral que relacionarse con Yerma no es únicamente hablarle a una mujer.
El trabajo de Pedro Ojesto en la creación de la música original junto a  Miguel Tubía en asesoría de canto del montaje supone un elemento que se convierte en imprescindible en la función. Arnold Taraborrelli y Carmen Vélez son los asesores de movimiento que junto al trabajo de vestuario  y escenografía de la mano de Teresa Valentin-Gamazo completan una obra impecable.  

Una obra que nos hará maravillarnos como pocas veces. Un diez de principio a fin. Íntegramente recomendable.

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Nos hemos permitido que esta crítica tenga un añadido. Les dejamos una entrevista a María Pastor y José Bustos, en defensa de cultura, del arte ,  un alegato a la creación, a la dignidad artística, una maravillosa entrevista que con motivo del cierre de Guindalera el próximo 22 de diciembre, no podíamos dejar de mostrarles. 

ENTREVISTA A MARÍA PASTOR Y JOSÉ BUSTOS

Yerma.
Teatro: Espacio Guindalera
Dirección: Calle de Martínez Izquierdo, 20, 
Fechas: 29 de noviembre al 22 de diciembre de 2019
Entradas: Desde 14 €. Viernes y sábados: 20:30h. Domingos: 19:00h

      

Teatro: Los Hijos. El Pavón Teatro Kamikaze

En el último tramo de la vida todo se ve con otros ojos. Tendemos a cuidarnos más, nos preocupa nuestra alimentación, nuestro peso, el mundo que le dejaremos a nuestros hijos. El peso que deben soportar sobre sus conciencias aquellas personas que trabajaron en un lugar que, por el motivo que sea, ha causado un gran daño al planeta (o simplemente a su entorno más próximo), debe ser terrible. El levantarse cada día sabiendo que el destrozo causado se pudo evitar y que se podía haber hecho algo. Un dolor, un cargo de conciencia, una responsabilidad, difíciles de llevar.



Teatro: Pulmones. Teatro Valle-Inclán

Cada pareja es un pequeño mundo, con sus propios conflictos, sus miedos y sus alegrías, sus verdades como puños y sus mentiras piadosas. Un ecosistema que sobrevive dentro del caos del mundo con sus propias pulsaciones, sus propios ritmos, que se protege del exterior mientras defiende su propia unidad. Una lucha continua por llegar a acuerdos, por dar pasos adelante de forma consensuada, por ir superando etapas sin mirar atrás, con el miedo de la incertidumbre por lo nuevo que se avecina.

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