El teatro Fernán Gómez nos invita a sumergirnos en una experiencia única con su nuevo montaje, "La aventura de la palabra", una obra teatral que convierte el discurso de ingreso de Fernando Fernán-Gómez en la Real Academia Española en un viaje escénico vibrante y emotivo. Bajo la dirección de Juan Carlos Pérez de la Fuente, con dramaturgia de Raúl Losánez, y protagonizada por Nancho Novo y Marta Poveda, esta adaptación busca reivindicar la importancia del lenguaje como herramienta de pensamiento, comunicación y emoción.
Coriolano en Teatros del Canal
Fiel al texto Antonio Simón dirige una pieza del todo compleja, difícil intento el de acercar una obra de tal magnitud a la actualidad. Referencias universales, particularidades ignotas de la obra Shakesperiana, donde Juan Asperilla y Antonio Simón en la adaptación trazan la deconstrucción espacio tiempo para poder conversar con los siempre enemigos del pueblo.
En este caso, como en otras ocasiones, primero se lo contamos:
El general romano Coriolano al derrotar a un ejército enemigo y defender Roma, forjó su reputación de valor, honor y gloria. Nombrado cónsul por el Senado, no logró el voto popular, y fue desterrado de Roma, tal fue su cólera, que contra pueblo, madre, esposa e hijo se alió con el que fuera su antiguo enemigo.
Antonio Simón se acompaña de un elenco de talento monumental para dar forma a empresa de tal envergadura. Roberto Enríquez sobresale mecido entre el tirano y el hombre apegado a la soberbia de una madre de tal pragmatismo que duele como la estocada mas feroz, dejar de ser por el poder mismo. Mientras tanto todo sin el pueblo y contra el pueblo si es necesario. Alianzas, egos, odios, intereses de unos pocos contra los de todos.
Manipulación y tonos populistas en los tonos, en
las palabras de Santiago Molero como Bruto y Juan Díaz en la piel de Licinio, también en los
tonos y formas en el patio de butacas, en el transitar de Beatriz Melgares como
ciudadano. El pueblo no grita, a la actriz le cuesta y parece no llegar
porque nos es reconocible, porque el pueblo ya está cansado y deja a los
tiranos hacer y quedamos como espectadores impávidos, impertérritos esperando a
saber cual es el destino, del patio de butacas, perdón, del pueblo y así parece que esto se va pareciendo mas a la actualidad aunque teatralmente no acabo de atisbar si funciona. El ciudadano hablaba a un pueblo con hambre y este pueblo al que se interpela, puede que tenga apetito pero no hambre.
En cada entrada de Volumnia interpretada por una majestuosa Carmen Conesa que brilla y toma el peso de una escena provista de elementos tan rígidos a los que parece meritorio dar dinamismo por parte de los actores, en los que recae todo el peso. Ella es, la madre, volvemos a empatizar, a tocar lo humano que parece no existir en medio de la urdimbre política, a ver a la tirana frente al hombre, a la tirana junto a la esposa que espera interpreta por una medida María Ordóñez en el papel de Virgilia, que por pinceladas nos iba regalando su canto junto a Conesa.
Beatriz Melgares en la piel de lugarteniente, confidente y sombra de Javier Lara en el papel en Aufidio, preparado para la conquista de Roma y la muerte a cualquiera que pueda ponerse en su camino, con una presencia y fuerza escénica que será foco en cada aparición.La actriz es apoyo para hacer mas grande al personaje de Aufidio, para soportar el coraje cuando al otro le falta, para medir tiempos y ser ancla. Manuel Morón como Menenio y Álex Barahona como como Cominio, son complemento e interpretaciones mas medidas que dan luz a los personajes protagónicos.
La espada, la lucha de armas, las luchas de poder y la perdida del valor, la lucha dialéctica entre Javier Lara y Roberto Enríquez son uno de los valores de esta pieza, compleja, con multitud de elementos cuya fuerza recae en un elenco que al ser de tal envergadura ha podido sostener. Así los diálogos entre Enríquez y Conesa han sido una delicia.
Ana Llena en un impecable trabajo de vestuario apuesta por tonos rojos, estructuras militares en cualquiera de sus acepciones, vestidos de ellas, elegantes, impecables. Paco Azorín en el trabajo de escenografía opta por una estructura rígida, el poder de Roma, quizá demasiado pesado. Destacable trabajo de iluminación de la mano de Rodrigo Ortega. Música original de la mano de Lucas Ariel Vallejos, y necesario nombrar a Jesús Esperanza, maestro de armas.
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Teatro: Teatros del Canal. Sala Roja Concha Velasco
Dirección: Calle Cea Bermúdez 1.
Fechas: Del 4 al 8 de junio. A las 20:00. Domingo a las 18:30
Entradas: Desde 9€
FICHA TÉCNICA Y ARTÍSTICA.
Reparto:
Roberto Enríquez – Coriolano
Carmen Conesa – Volumnia
Manuel Morón – Menenio
Álex Barahona – Cominio
Santiago Molero – Bruto
Juan Díaz – Sicinio
María Ordóñez – Virgilia
Beatriz Melgares – lugarteniente y ciudadano
Javier Lara – Aufidio
Dirección: Antonio Simón
Traducción: Juan Asperilla
Adaptación: Juan Asperilla y Antonio Simón
Maestro de armas: Jesús Esperanza
Diseño de escenografía: Paco Azorín
Diseño de vestuario: Ana Llena
Diseño de iluminación: Rodrigo Ortega
Música original: Lucas Ariel Vallejos
Ayudante de dirección: Marlene Michaelis
Ayudante de escenografía: Alessandro Arcangeli
Ayudante de vestuario: Tania Tajadura
Ayudante de regiduría: David Meneses
Coordinación técnica y luces: Alfredo Guijarro
Técnico de sonido: Carlos Alberto González
Maquinista: Alejandro Guijarro
Fotografía: Damián Comendador
Administración: Andrea Quevedo
Producción: Ana Guarnizo
Producción ejecutiva: Carles Roca
Las que limpian en Teatro Infanta Isabel
Laureadas, aplaudidas, con éxito de crítica y público. La compañía A Panaderia vuelve a Madrid, están por poco tiempo. Hasta el domingo 15 de junio en el Teatro Infanta Isabel. No se lo piensen y corran a por su entrada porque es esta una de esas obras irreverentes que nos hacen parar un momento en tiempos de ruido.
Texto y dirección Areta
Bolado, Noelia Castro y Ailén Kendelman que son además las intérpretes. Ellas
serán varias, intercambiadas, eclécticas, cercanas. Romperán la cuarta pared
desde el primer momento para que todo quede claro y no haya confusiones, esto
es una asamblea aunque al final siempre hablan ellas, siempre las mismas. Lo
que nos quedó claro es que hay que armar barullo y luchar por las cosas justas
para conseguir derechos y que juntas somos más, que una sola no puede pero si
somos muchas, seguro que sí. Compañerismo en escena, conexión con el público
y un trabajo de creación donde el conocimiento y la crítica social se unen a un
tipo de trabajo de creación colectiva.
Una obra bufonesca que se ríe de lo que toca, para hacer la realidad mas llevadera, para dar voz a las mas débiles, a los escalones mas imprescindibles y a la vez mas precarizados. Tres actrices que miran a sus iguales para construir, una mirada necesariamente feminista para formar parte, para continuar la lucha.
En el proceso de creación se constata el conocimiento de la realidad, de aquellas que ganan dos euros la hora para limpiar la habitación por la que pagaste doscientos. Ellas, imprescindibles, pero precarias, las camareras de hotel. También suben a las tablas, la voz de las mujeres que parece hubieran nacido con una fregona debajo del brazo, mujeres naciendo mujeres para que sigan cuidando y sigan limpiando.
Destacable energía en escena que da voz a situaciones que parecen estar muy claras, pero por las que queda mucho que luchar y avanzar. Las kellys, un sector compuesto en más de un 90% por mujeres, que llegan a casa para seguir cuidando, para seguir limpiando. Lesionadas, cansadas y a las que nadie escucha y de la Mutua a la Seguridad Social y de la Seguridad Social a la Mutua.

El sistema capitalista consume cuerpos, conquista territorios y destruye el ecosistema. Un sistema de consumo que no mira al otro, que asfixia, no mira a nadie y mientras limpian la alfombra, cogemos toalla y tumbona y no saludamos, no existen. Placer inmediato sin que nos importe el dolor ajeno.
Voz, cuerpo y entrega de tres actrices que se mueven entre la sátira, el bufón, el teatro gestual y de objetos construyendo una crítica al sistema empresarial y político. Productos químicos que enferman, que matan, jornadas de trabajo contra reloj, mientras el lema del empresario es aumentar beneficios, reducir costes y lo primero de la lista rebajar salarios. Un sistema empresarial y político, que se alía para legislar a favor de los empresarios y no de aquellas que mantienen el sistema.

Un modelo que vampiriza la
vida de las personas, mientras nos hacen creer que no existe otro modelo de
turismo y parece que tampoco nos interesa conocerlo. Mientras tanto en escena,
risas, política, gags , los dimes y diretes de un hotel, con sus horarios de
desayuno , su lavandería en las plantas
mas invisibles, sus inesperados clientes. Humor ácido que mueve conciencias y nos presenta una realidad, que en el Madrid junto a la Gran Vía a veces olvidamos, entre etiquetas de Bangladesh, riders y personas que corren sin mirar a su alrededor, con mucho ruido, mucho ruido para que no nos paremos a pensar.
Música, humor, feminismo. Música creada con la voz, con los
cuerpos, con los elementos, el surgimiento de la música desde la nada, desde el
menos es más. Una propuesta que sin duda parece ser seña de identidad de A
panaderia.

Beatriz Vega en el trabajo de escenografía y Esther Quintas en el trabajo de caracterización y vestuario componen un todo realista con las camareras de hotel, diversas, plurales, de diferentes edades, nacionalidades y con utensilios propios de limpieza a los que darán a acción las propias actrices. Con la élite los que miran por en cima del hombro, los campos de golf, la clase empresarial y política , los consumidores es donde se construye el tono burlesco para que durante un rato al menos podamos reírnos nosotras, todo ello junto al trabajo de iluminación de Del Ruíz enciende la lúgubre lavandería y nos acompaña a cada estancia del hotel “La Jota”.
Reivindicativamente recomendable.

Dirección: Calle Barquillo 24.
Fechas: Del 4 al 15 de junio .De miércoles a domingo a las 19:00
Duración: 90 min aprox.
Entradas: Desde 15 €
FICHA ARTÍSTICA Y TECNICA
Creación, texto y dirección: Areta Bolado, Noelia Castro y Ailén Kendelman
Intérpretes: Areta Bolado, Noelia Castro y Ailén Kendelman
Apoyo dramatúrgico: Paula Carballeira
Música original: Ailén Kendelman
Caracterización y vestuario: Esther Quintas
Xastras: Beatriz Novas y Marta Ferrer
Escenografía: Beatriz de Vega
Ayudantía de escenografía: Daniela Rodas
Iluminación: Del Ruíz
Asesoría lingüística: Rosa Moledo
Asesoría de movimiento: Clara Ferrão
Ojo Mágico: Sara Rodríguez
Producción: Ailén Kendelman
Ayudantía de producción y documentación: Celina F. Ponte
Imagen gráfica: Carla Berrocal
Vídeo: Álex Penabade
Tráiler: Lucía Estévez
Fotografía: Leticia T. Blanco y Pilar Abades
Ensayando futuros y desafiando la escena. Nueva temporada del Teatro de La Abadía
Rumbo a Tierra. El teatro como brújula hacia el futuro
En un mundo que gira sin pausa, el teatro
propone otra dirección. No es GPS, es brújula. No marca atajos, sino sentido.
Mientras la ciudad corre, el escenario detiene.